Con faldas y a lo loco (Some like it hot) podría ser mejor. A lo Billy Wilder. La que está considerada como la mejor comedia de todos los tiempos, según 253 críticos de cine pertenecientes a 52 países encuestados por la BBC, tiene vida paralela con el acontecer azulgrana. Esta obra de arte cumplió en 2019 sesenta años. Los mismos que lleva celebrados el Baskonia a lo largo de su particular existencia. Película y club prestigioso datan de 1959. Ambos se retroalimentan aquí y ahora.
Disponer de dos bases americanos como tiene en estos momentos el equipo vitoriano suena atípico, extraño, raro. Más aún si quien marca su camino es un entrenador montenegrino con apellido balcánico. Bien es cierto que Ivanovic ya supo lo que es contar en la mejor temporada de su vida desde la dirección con dos fueras de serie llamados Elmer Bennett y Chris Corchiani (éste con pasaporte italiano), bien acompañados por un griego de altos vuelos, Christos Charissis. La transmutación se llama ahora Semaj Christon, quien junto a Pierriá Henry lideran las plazas de extracomunitarios en el Baskonia, los dos de forma conjunta desde el puesto de uno. No parece tener un sentido medido la coexistencia circunstancial de ‘La extraña pareja’, título cinematográfico (de 1968 en este caso) que también viene como anillo al dedo, un binomio para la posteridad alineado por Jack Lemmon y Walter Matthau haciendo de las suyas.
James-Adams Una versión más cercana con otros nombres americanos al frente de la nave baskonista procede de finales de 2014, mes de diciembre en el que fue coincidente la llegada de dos anotadores compulsivos más que creadores de juego, Mike James y Darius Adams, en ese orden de llegada. Parecían alocados. No gustaban y ahora cuentan con un nombre propio en el baloncesto de élite. Más el primero que el segundo.
Nunca se sabe si Christon y Henry podrán superar a sus pares ni si se quedarán a vivir dos temporadas como ellos, pero la casualidad ha unido sendas carreras improbables. El primero, procedente del baloncesto francés (Limoges) -al igual que Adams en su momento (Nancy)-, está cumpliendo lo que el segundo ya ejercía, una función de secundario transformada en titular por necesidad. Puede entenderse la llegada de un Christon mesiánico en función de la necesidad imperiosa pero, en el caso de Pierriá Henry, el fichaje sonó extraño desde un principio, por muy MVP de la fase regular de la Eurocup que fuera. Se hubiese entendido su adquisición como jugador comunitario, cotonou, nacionalizado de Guinea Bissau (como James, aunque el consulado determinara que su pasaporte no estaba en regla) o lo que fuera. Pero, ¿con plaza de extranjero? El valor añadido de los dos playmakers no suma para que su equipo deje de ser el que menos asiste de toda la Euroliga. Al César lo que es del César. El ex del Unics Kazán sabe lo que es romperse la cara por este club. Su lesión en el pómulo derecho queda protegida ahora por una máscara que, a buen seguro, condiciona su juego. Enhorabuena por su profesionalidad.
Obnubilados Desde el 25 de diciembre en que Ivanovic realizó el primer entrenamiento de su tercera etapa baskonista han pasado ya dos meses. Todo sigue parecido. La hipnosis continúa. En cualquier caso, es maravilloso apreciar cómo se vende la burra. Los argumentos en forma de arenga en el sentido de que “el grupo peleará hasta el final” y que “no nos rendimos” pronunciadas por el entrenador tras el estropicio en casa ante el Zalgiris suenan a milonga en el baloncesto profesional. El que escucha satisfecho es porque no hurga en las palabras. Se está bajando el listón de las explicaciones tanto como el nivel del equipo. Que si la consabida “paciencia”, que si “para ganar hay que defender todo el partido”. Luego dicen que los periodistas hacen preguntas malas. Pero es que las respuestas tampoco son mejores. Eric también se ha sumado a la esencia de las bellas palabras, pero el equipo lo que necesita es más verbo en la cancha y menos adjetivos fuera.
Tiene retranca cómo la megafonía del Buesa Arena sube decibelios al final de los partidos para tapar posibles silbidos o protestas. La música supera el murmullo con sones atronadores y así silencia las desdichas. De la misma manera, la afición necesita un megáfono para procurarse opinión. Mientras, el Baskonia entrena y mejora (la temporada es larga y aún no está vendido todo el pescao), España juega las Ventanas FIBA de cara al Europeo de 2021 liderada por un ala-pívot madrileño con formación universitaria norteamericana -Sebas Saiz- y que juega actualmente en las filas del equipo japonés Sun Rockers Shibuya. ¡Toma moreno!, que diría aquél. Balance de una victoria ante Rumanía y otra derrota ante Polonia. Aquí también se cita la esperanza como recurso. ¡Con permiso del coronavirus, claro!
‘Embouteillados’ Queda el sabor amargo de que, mientras el Baskonia ficha jugadores para tapar agujeros, el Unicaja se hace con proyectos con los que hacer equipo de presente y futuro. Nunca aleros como Axel Bouteille (24 años, 2,01) estuvieron tan cerca por menos. Los 150.000 euros que, según se ha escrito, ha costado el traspaso del francés desde Bilbao a Málaga, no se antojaban prohibitivos para un exterior que anota casi el 50% de sus lanzamientos de tres y firma 18 puntos en su primer año en la ACB. Mientras, el Baskonia sigue siendo el equipo que menos anota en Europa y el que peor porcentaje tiene desde 6,75.
Posdata: A veces los números bailan. El aire les sopla. La pasada semana, donde dijimos que de los 10 jugadores que han formado parte de plantilla azulgrana esta temporada, sólo dos -Miguel González y Sergi García- proceden de tierra cervantina, en realidad queríamos decir dos de los 18 utilizados hasta el momento. ¡Sí, sí, 18 son los miembros que este año lleva acumulados el róster babazorro, amén de dos entrenadores. En cualquier caso, como concluye uno de los mejores finales de la historia del cine -el de Con faldas y a lo loco, por supuesto-, “nadie es perfecto”. No cabe duda de que, en boca de Joe E. Brown (Osgood Fielding III) cobra más sentido práctico.