Vitoria - Para el Kirolbet Baskonia concluye hoy una semana de gira que comenzó con la visita a Gran Canaria el pasado domingo, siguió con parada el miércoles en San Petersburgo, continuó el viernes en Moscú y llega a Madrid antes del retorno a Vitoria. Lo que arrancó con una esperanzadora ilusión con el triunfo ante el conjunto insular en una actuación de plena solvencia, se oscureció ya en Rusia con una derrota con tintes desastrosos ante el Zenit. Más esperado era tropezar ante el CSKA, aunque al menos ante el actual campeón de la Euroliga se mantuvo la compostura. Para evitar el desastre total que le ponga todavía más difícil un objetivo mínimo como el play off por el título liguero -el de estar en la Copa del Rey ya quedó incumplido hace tiempo y alcanzar el Top 8 en la competición continental requiere de un milagro-, el conjunto azulgrana buscará abrir esta tarde la segunda vuelta con una victoria de campanillas en la cancha del Real Madrid que le permita recuperar un ánimo muy tocado y, de paso, evitar una nueva semana trágica en cuanto a resultados.
A decir verdad, el equipo de Dusko Ivanovic no lo tendrá nada sencillo para desquitarse en el WiZink Center. Por si la entidad del rival no es un obstáculo suficientemente complicado de salvar ya por sí solo, los problemas que desde hace tanto tiempo arrastra la plantilla en forma de carencias por culpa de las lesiones que no se sustituyen hacen cada vez más complicado competir ante equipos como el Real Madrid, con un abanico de opciones en la recámara prácticamente ilimitada cuando no están disponibles los primeros espadas. En un ejemplo de gestión digno de estudio, Pablo Laso es capaz de sacar jugo de jugadores en edad juvenil y, al tiempo que reparte los esfuerzos entre sus estrellas, poco a poco va sacando partido de una cantera que está trabajando de manera excepcional en los últimos años.
El repertorio con el que cuenta el técnico vitoriano es de semejante calibre que casi hasta produce grima contemplar los recursos que tiene Ivanovic a sus órdenes. Más aún teniendo en cuenta que cada uno de los dos entrenadores maneja un libreto muy diferente y el montenegrino es bastante dado a los castigos cuando algo no le gusta, como evidencian recientemente las raciones de banquillo que se han llevado Ilimane Diop o Youssoupha Fall. Una plantilla ya de por sí corta -se siguen sin producir movimientos completamente necesarios para suplir las ausencias- que el propio técnico reduce aún más.
Con estos condicionantes ya perfectamente conocidos, a los que en esta ocasión cabe añadir el cansancio de acumular muchos esfuerzos consecutivos y un viaje de regreso de Moscú que apenas ha permitido preparar el partido de hoy, el Baskonia tratará de hacer frente a un Real Madrid que domina la ACB con mano de hierro y trata de seguir en la distancia al intratable Efes en la Euroliga. Eso sí, el cuadro blanco también viene de padecer su particular semana trágica en una gira rusa que comenzó con derrota ante el CSKA y continuó con un nuevo tropiezo ante el Khimki, aunque cuenta con un día más descanso que el conjunto azulgrana y también con mayor profundidad de plantilla.
El reto es de un calibre descomunal, pero si el Baskonia quiere recuperar su pasado esplendor tiene que conseguir muescas victoriosas de este nivel para así rearmarse en lo anímico y afrontar con optimismo el segundo tramo del curso.