El Baskonia fue ayer menos equipo que nunca en un partido en el que prácticamente tres jugadores solos asumieron la responsabilidad anotadora para sacar adelante una apurada victoria contra el Iberostar Tenerife. Pierria Henry se fue hasta los 24 puntos, Patricio Garino anotó 21 y Tornike Shengelia metió otros 20. Una combinación de 65 puntos entre solo tres jugadores, cuando los otros ocho -siete si se tiene en cuenta que Miguel González se quedó de nuevo en el banquillo durante los cuarenta minutos- solo fueron capaces de sumar catorce más, ocho de ellos encima procedentes de las manos de Youssoupha Fall, que junto a sus compañeros también accedió a la veintena de créditos de valoración para sumar 88 entre los cuatro que contrastan con los 80 globales que tuvo el equipo al final del encuentro. Una actuación colectiva desastrosa -solo ocho asistencias entre todo el equipo, seis de ellas del trío de protagonistas, lo que habla bien a las claras de la nula conexión entre jugadores y la resolución a través de acciones individuales-, con claros castigos de Velimir Perasovic a jugadores como Nik Stauskas y Shavon Shields, pero salvada finalmente por las sensacionales actuaciones individuales de tres hombres que ayer cabalgaron solos.

Las individualidades fueron las que condujeron ayer al Kirolbet a la victoria. En la primera parte, el entramado defensivo dispuesto por Txus Vidorreta consiguió desactivas a Shengelia con una defensa en la que enviaba directamente la ayuda en cuanto el georgiano se hacía con el balón en el poste bajo para hacer un dos contra uno. El acierto desde el tiro libre y la actividad de Garino permitieron en los primeros minutos romper parcialmente esa trampa, pero quien verdaderamente dinamitó el plan fue Henry con su cambio de ritmo.

El base estadounidense le metió una marcha más al partido y se unió al alero argentino para darle velocidad al juego. Recuperaciones y salidas al contraataque para conseguir canastas sencillas y anotaciones a través del uno contra uno se convirtieron en las soluciones que permitieron abrir las primeras ventajas en el marcador. Pero hasta el descanso, los dos estuvieron muy solos.

Hacía falta al menos una pata más para tratar de sujetar la mesa, aunque fuese en un equilibrio precario, y en la segunda parte apareció Shengelia para sumarse a esa pareja, bien con lanzamiento exterior o con sus habituales penetraciones a base de velocidad y fuerza para convertirse en el faro anotador a lo largo del tercer y cuarto períodos.

Los 65 puntos del trío y la buena aportación en la pintura de Fall -ocho puntos y una docena de rebotes, algunos al final en acciones decisivas- condujeron a una victoria en la que la aportación ofensiva del resto del equipo fue mínima. Pero es que tampoco en defensa el trabajo de los demás fue bueno, regalando muchas facilidades a un Tenerife que perdió contra tres jugadores.