vitoria - Tras unas jornadas de cierto suspense en las que ha debido aguardar pacientemente a que los denodados intentos de Pierria Henry por encontrar acomodo en la NBA se esfumaran por completo, el Baskonia ya ha concretado por fin su segundo fichaje de cara a la próxima temporada tras Micheal Eric. Este explosivo y vertical estadounidense se convirtió ayer oficialmente en nuevo integrante de la plantilla azulgrana, donde relevará a otro base de corte mucho más cerebral como Marcelinho Huertas y compartirá dirección de juego junto a Luca Vildoza y Jayson Granger. Procede del Unics Kazan, con quien se proclamó MVP de la fase regular de la Eurocopa durante el pasado curso, y ha firmado por un único año, un vínculo corto que puede denotar su firme intención de seguir intentando el desembarco en la mejor liga del mundo en los próximos veranos.
Los términos exactos del acuerdo con Henry estaban definidos desde hace días, aunque el anuncio oficial se encontraba a expensas de que el timonel no recibiera en el último momento alguna oferta interesante procedente de Estados Unidos que desbaratara la operación. Finalmente, este hecho no se ha producido y tanto el club como Velimir Perasovic ya pueden respirar algo más tranquilos con el sí definitivo de un exterior predestinado a elevar tanto la temperatura física como la pólvora del perímetro azulgrana.
Pese a la notable temporada que ha protagonizado en Rusia, era muy difícil que el objetivo inicial de Pierria Henry se hiciera realidad. En 2015 se declaró elegible para el draft, pero ninguna franquicia apostó por él. Su evolución posterior en conjuntos de poco fuste como el Tbilisi georgiano, el Ratiopharm alemán, el Hapoel Eilat israelí o el Tofas turco tampoco resultó muy llamativa hasta que la pasada campaña se destapó como un anotador compulsivo en muchos partidos con el Unics Kazan.
Fue ayer por la mañana cuando Henry devolvió firmado el contrato a las oficinas del Buesa Arena y el Baskonia confirmó su llegada. De esta forma, el club se hace con uno de los jugadores más codiciados del presente mercado estival. Tras enseñar los dientes y labrarse una buena fama en la Eurocopa, el base-escolta de Virginia Occidental estaba predestinado a afrontar objetivos más ambiciosos en un equipo de Euroliga como el azulgrana. A sus 26 años, ahora le llega la oportunidad definitiva de asentarse en la elite como un jugador con munición en sus manos que inyecte mordiente a la ofensiva baskonista.
Su corpulencia y su altura (1,93 metros) también pueden hacer de Henry un exterior polivalente a la hora de compartir minutos con otro base o postear a sus pares en el juego de espaldas. Entre sus puntos negativos, diversos entendidos en la materia coinciden en señalar sus bajas prestaciones defensivas y, sobre todo, la poca eficacia de su muñeca desde la larga distancia con porcentajes bastante discretos.