vitoria - El Baskonia no solo tiene un arduo trabajo este verano en los despachos para concretar fichajes de enjundia que disparen su cotización en todos los frentes sino también para definir el futuro de sus jugadores más jóvenes, algunos de los cuales necesitarán foguearse con total seguridad lejos del Buesa Arena a partir de la próxima temporada. Es el caso, por ejemplo, de Ajdin Penava, la desconocida y sorprendente apuesta acometida el pasado mercado estival por el club para potenciar el puesto de cuatro y cuya primera campaña con la elástica azulgrana ha dejado muchas más sombras que luces.
El bosnio ya ha recibido la comunicación por parte del Baskonia de que no tendrá hueco en la plantilla correspondiente al curso 2019-20 y deberá buscarse un nuevo acomodo lejos de la capital alavesa para jugar en calidad de cedido. Su agencia de representación se ha puesto ya manos a la obra en busca de un destino que pueda resultar ideal y fructífero para un ala-pívot que se mantiene todavía como una apuesta de futuro de la entidad vitoriana con un contrato en vigor hasta el 30 de junio de 2022.
De momento, asaltan numerosas incógnitas respecto a lo que puede suceder con su siguiente paso como profesional. Para empezar, está por ver cuál es el país y la competición que acogerán a Penava, un jugador aterrizado directamente en el Viejo Continente desde la NCAA estadounidense y del que no existen grandes referencias entre muchos clubes a este lado del Atlántico. A ello hay que sumar que no progresó la pasada campaña al nivel esperado ni tampoco se dejó ver lo suficiente a nivel mediático como para que la lista de posibles interesados sea en este instante numerosa.
Nadie obvia que el balcánico, de 22 años, todavía se encuentra demasiado verde como para competir al más alto nivel. Apenas participó en siete encuentros oficiales -3 de Liga Endesa y 4 de Euroliga con un pírrico bagaje de 29 minutos- con el Baskonia y en España actúa en calidad de comunitario FIBA, por lo que no será nada fácil que algún equipo de la ACB se arriesgue a apostar por sus servicios. De ahí que la alternativa más factible encima de la mesa sea su préstamo a un club extranjero de rango menor, siempre con la condición de que asuma íntegramente su ficha y donde existan unas ciertas garantías de que Penava pueda gozar de un peso importante en sus esquemas de juego.
continuidad en el filial Pese a que nunca tuvo la más mínima continuidad con Pedro Martínez ni con Velimir Perasovic, el Baskonia tardó excesivo tiempo en mover ficha respecto a un joven que iba camino de pasarse en blanco lo que restaba de campaña. La inesperada solución tomada a finales de febrero por los rectores azulgranas consistió en enviarle al conjunto filial de LEB Plata, que por entonces se hallaba en plena lucha para conseguir la permanencia. A la postre, Penava terminó siendo degradado a una competición que, en principio, no constituye una buena vara de medir a la hora de comprobar la valía de cualquier promesa.
Al menos, el cuatro de 2,06 metros nacido en Sarajevo pudo tener allí una presencia continuada sobre la cancha a las órdenes del entrenador Miguel Ángel Hoyo. Concretamente, disputó 12 partidos en los que consiguió unas medias de 11,3 puntos y 4,9 rebotes en 25 minutos. Su ayuda fue importante para que el Grupo Eleyco Baskonia hiciera finalmente realidad el objetivo de salvar la categoría.
Claro que durante esos meses anidó la sensación de que Penava tampoco se mostró como un jugador realmente dominante en una categoría semiprofesional donde la exigencia carece de punto de comparación con la que puede encontrarse en un futuro en la ACB o en cualquier otra liga europea. Este hecho ahonda más si cabe las dudas existentes respecto a su capacidad para convertirse algún día en un primer espada del Baskonia.