Vitoria - Nunca es positivo tomar decisiones en caliente. Todo hace indicar que el Baskonia se tomará su tiempo y habrá que armarse de paciencia para saber con exactitud la magnitud de la onda expansiva provocada por la prematura eliminación liguera ante el Zaragoza. Los precedentes del pasado en situaciones similares siempre se han saldado con una drástica cirugía en el banquillo y la plantilla, pero a corto plazo lo más sensato consiste en dejar transcurrir algunas semanas y empezar a tomar las primeras decisiones en frío como consecuencia de un análisis pormenorizado de lo sucedido en una temporada que ha supuesto, a la postre, un desengaño monumental.
El lavado de cara promete ser importante, aunque como sucede todos los veranos hasta prácticamente el inicio de la próxima temporada no estará cuadrado del todo el puzle. El primer enigma que deberá resolverse sí o sí atañe al futuro de Velimir Perasovic, que no ha salido excesivamente bien parado de la eliminatoria ante el Tecnyconta al perder con claridad la batalla táctica con Porfi Fisac.
El preparador croata reflotó a un equipo bajo mínimos allá por noviembre del año pasado y fue capaz de extraer el máximo jugo a una plantilla escuálida, pero ahora mismo se encuentra muy cuestionado. Además de eso, hay aspectos concretos de su gestión que se le reprochan como el escaso protagonismo concedido a las promesas azulgranas en muchos tramos de la temporada (Tadas Sedekerskis y Miguel González) o la falta de soluciones para evitar un desplome tan pronunciado como el acontecido tras la eliminación continental ante el CSKA.
El abanico de entrenadores al que ha recurrido Josean Querejeta en el pasado reciente es muy reducido, de ahí que no resulte una decisión sencilla. Las dos partes disponen de una opción unilateral para emprender caminos distintos e incumplir el año de contrato. Para bien o para mal, es una decisión que no debería dilatarse en exceso y a partir de la cual debe comenzar a perfilarse el proyecto del próximo curso.
Si el futuro de Perasovic está en entredicho, no lo es menos el de otros componentes de la plantilla que acaban contrato o, aún disponiendo de él, podrían hacer las maletas. Entre los primeros se encuentran Huertas, Voigtmann, Hilliard y Jones, que por distintas razones tienen casi los dos pies fuera del Buesa Arena de cara a la próxima temporada. Atados hasta 2020 se encuentran Granger, Janning, Garino, Shields, Poirier e Ilimane. Con un contrato de larga duración, concretamente hasta 2022, se encuentran Vildoza, Shengelia y Sedekerskis. Este hecho no es una garantía de continuidad, en algunos casos porque el Baskonia puede conseguir algún traspaso jugoso para sus arcas.
Tanto Poirier como Shengelia intentarán explorar sus opciones de dar el salto a la NBA, algo que no consiguieron el pasado verano. En caso contrario, son dos pívots apetecibles para cualquier gigante del Viejo Continente. Al club vitoriano le urge hacer negocio con el cinco francés, ya que si no obtiene un beneficio por su salida este verano podría marcharse gratis dentro de un año.
Otra incógnita reside en saber si las arcas de la entidad alavesa podrán seguir soportando el astronómico sueldo del cuatro georgiano, convertido por el Baskonia en su hombre franquicia en estos últimos tiempos pero que ha completado un errático final de temporada. Su vuelta tras la grave lesión en la rodilla coincide de lleno con el pronunciado bajón del equipo, sin obviar que Voigtmann ha vuelto a quedar eclipsado en el puesto de cuatro. Por lo tanto, cualquier escenario sea factible con el futuro de un capitán azulgrana sin alma de líder.
Otro aspecto primordial de cara a la próxima campaña será cuadrar los siempre farragosos cupos, un tipo de baloncestista que en el Baskonia suele tener una importancia secundaria, en parte por los elevados precios. Sin embargo, puede haber llegado ya la hora de contar con jugadores realmente útiles que disputen minutos de calidad y no piezas de mero relleno cuyo rol sea residual en los esquemas del entrenador.
Acaban contrato. Huertas, Hilliard, Voigtmann y Jones. Da la sensación de que ninguno de ellos seguirá vistiendo la elástica baskonista en el futuro. En el caso del poste alemán, cabe la posibilidad de que el club le traslade una oferta de renovación para conservar sus derechos de cara al futuro en la ACB o exigir una contraprestación económica si recibe una propuesta de algún grande en España.
Un año más de vínculo. Aquí se encuentran Granger, Janning, Garino, Shields, Ilimane y Poirier. Las grandes urgencias están centradas en el poste francés, con el que el club se halla obligado a hacer negocio este verano con el fin de que no se marche gratis dentro de un año.
Hasta 2022. Tres jugadores de la plantilla (Vildoza, Shengelia y Sedekerskis) poseen un contrato de larga duración. El agente del base argentino, renovado hace meses, ha dado ya por segura su continuidad.
Hasta 2024. Miguel González.