vitoria - Cuando el Baskonia cae de la forma tan contundente como lo hizo el pasado martes en el Megasport Arena, suena ridículo aludir a factores externos que pudiesen influir en el desenlace del choque. Sin embargo, la actuación arbitral en otro partido ante el CSKA dejó un día más muy disconforme a la expedición vitoriana, que se sintió claramente perjudicada por el desigual rasero para sancionar los contactos en uno y otro aro, especialmente a lo largo de una primera mitad donde sí fue capaz de competir de tú a tú. El gigante ruso no necesita ayudas sibilinas como las recibidas en ese tramo. La sensación de ser un equipo protegido y que juega, a menudo, con red volvió a aflorar en la mente de los seguidores azulgranas.
Antes de que un embaucador Sergio Rodríguez desencadenara la tormenta tras el descanso con una incesante lluvia de triples que destaparon el frágil entramado defensivo del Kirolbet, el trío comandado por el italiano Luigi Lamonica, el colegiado más mediático de esta Euroliga, utilizó dos varas de medir muy distintas que impidieron a la tropa vitoriana despegarse de los moscovitas en el marcador. Donde en una zona existía barra libre para utilizar manos, en la otra se sancionaban soplidos con un criterio absolutamente desquiciante que volvió a allanar el camino al poderoso.
Las diez faltas de diferencia (18 contra 28) no concuerdan con la intensidad empleada por ambos contendientes. En este sentido, llueve sobre mojado porque en el último choque de la fase regular disputado en Moscú el pasado 4 de abril también ocurrió algo similar. En aquella ocasión, al Baskonia se le señalizaron 30 personales por tan solo 21 al CSKA, que en estos dos últimos enfrentamientos directos ha lanzado la friolera de 34 tiros libres más (67 contra 33). De momento, nadie alza la voz desde las entrañas del Buesa Arena, pero la inmunidad de la que goza casi siempre el CSKA es algo que levanta ampollas no solo en Vitoria sino también en otros lugares que han sufrido arbitrajes tendenciosos.
condicionados muy pronto Desde el primer cuarto, varios jugadores básicos del engranaje azulgrana estuvieron condicionados para el resto de la confrontación. El exceso de celo se cebó con los dos bases de Perasovic y también Patricio Garino, que en su intento de ejercer como secantes de las rutilantes estrellas de Dimitris Itoudis en el perímetro acumularon dos y tres faltas en esos primeros diez minutos.
No cabe duda de que el virtuosismo de malabaristas como el citado Sergio Rodríguez, Nando de Colo o Cory Higgins obliga siempre a sus pares a emplearse al límite. Su astucia para que los rivales entren rápidamente en el bonus tradicionalmente les permite acudir con cierta regularidad a la línea de 4,60, pero la sensación es que a otros jugadores de la Euroliga no se les protege de la misma manera cuando reciben marcajes tan férreos.
Por todo ello, la lupa volverá a estar hoy puesta sobre el trío encargado de impartir justicia. La Euroliga ha designado para el segundo asalto al serbio Ilija Belosevic, al esloveno Matej Boltauzer y al italiano Carmelo Paternico, tres clásicos del silbato con una dilatada experiencia a sus espaldas.