vitoria - El Baskonia se sumerge esta noche a un horario discotequero (21.30 horas) en el Gran Canaria Arena, testigo de un enfrentamiento de signo incierto entre dos equipos que hace unas semanas parecían completamente desahuciados y en este instante conservan intactas sus aspiraciones de acceder al Top 8 de la Euroliga. Vitorianos o insulares prolongarán su positiva dinámica de los últimos tiempos que, en el caso de los visitantes, asciende a dos victorias consecutivos (CSKA y Maccabi) y una más para los locales (Darussafaka, Armani Milan y Buducnost).

La de hoy será la última parada a domicilio dentro de la particular travesía del Kirolbet lejos de la capital alavesa durante los últimos ocho días, donde habrá recorrido la friolera de 12.000 kilómetros. Semejante paliza en el cuerpo ya fue acusada el pasado sábado en la ACB ante el Iberostar, de ahí que antes del salto inicial las reservas vuelvan a estar justificadas con el rendimiento que puede ofrecer un grupo cada vez más escuálido y sin excesivas alternativas solventes en la segunda unidad.

Entre las lesiones de Patricio Garino y Tadas Sedekerskis, la escasa pujanza de los tres fichajes acometidos para esta temporada, sobre todo Shavon Shields y el invisible Ajdin Penava, y el estado de depresión de otras piezas, léase Jayson Granger o Johannes Voigtmann, el roster azulgrana se está quedando excesivamente corto para afrontar un tramo de calendario tan exigente. Sin embargo, no se entiende la tozudez de Perasovic a la hora de seguir exprimiendo a tres pesos pesados como Toko Shengelia, Matt Janning o Vincent Poirier, que acumulan excesivos kilómetros en sus piernas y pueden llegar exhaustos a la parte decisiva de la campaña de persistir el croata en su idea de rodearse de una guardia pretoriana tan pequeña.

El Baskonia afronta entre interrogantes el choque ante un anfitrión rebosante de confianza desde la balsámica destitución de Salva Maldonado. El Gran Canaria amenazaba ruina tras un caótico arranque en la ACB y Euroliga, pero el cambio de rumbo en el banquillo le ha reanimado por completo e insuflado energías renovadas. Es un colectivo vivo, alegre y con la pólvora suficiente para causar problemas a cualquiera, al margen de la presencia de dos gigantes en la zona (Pasecniks y Balvin).

ayuda a shengelia Quien fuera técnico ayudante hasta la fecha, Víctor García, ha constituido el recurso de urgencia tras la negativa de, entre otros, Pedro Martínez a pilotar la nave. El cuadro insular, inmerso en continuos cambios -ha reclutado ya iniciado el curso a Nikola Radicevic y Siim-Sander Vene y también negocia con Hollis Thompson-, se perfila como un hueso duro de roer si el Baskonia no ofrece una imagen más estable.

La formación azulgrana deberá dar continuidad a sus buenos minutos de la segunda mitad en La Laguna (Tenerife), donde se quedó a las puertas de remontar 23 puntos de desventaja. Nadie sabe a ciencia cierta la cara que puede presentar hoy un equipo ultradependiente de la aportación de un omnipresente Shengelia. El ala-pívot georgiano se encuentra a menudo solo ante el peligro y obviamente necesita más escuderos que le descarguen de responsabilidad.

Pese a que aguarda con las uñas afiladas un anfitrión al alza que siempre se hace fuerte al amparo de los suyos, la visita al Gran Canaria se presenta propicia para conseguir un nuevo impulso hacia la zona noble. De conquistar hoy la bulliciosa cancha insular y batir 48 horas más tarde al Barcelona, todo hace indicar que el Kirolbet podría volver a inmiscuir su figura mucho tiempo después entre los ocho mejores. Es algo que no consigue desde la jornada inaugural tras su éxito en Kaunas, lo que supondría un considerable subidón a nivel anímico.

Los vitorianos deben intentar salir lo menos dañados posible de este infernal tramo de calendario, en el que se están viendo obligados a disputar numerosos encuentros lejos del Buesa Arena. La segunda vuelta será bastante más asequible y la cancha de Zurbano tendrá la llave de la tercera presencia consecutiva en el cruce previo a la Final a Cuatro.