vitoria - La friolera de trece de veinte. O, lo que es lo mismo, un 65% de victorias de aquí a la conclusión de la maratoniana fase regular de la Euroliga. Para ser más exactos, una cadencia salvaje que implica duplicar el triste promedio rubricado hasta la fecha. Es el titánico objetivo que tiene por delante el Baskonia durante los próximos meses con el fin de tratar de inmiscuir su maltrecha figura en el Top 8, una meta mucho más cara que en las dos temporadas precedentes cuando terminó colando su silueta entre el selecto grupo de elegidos tras una ardua pelea con sus rivales directos.
Sus tres solitarios triunfos hasta la fecha ante el Zalgiris, el Darussafaka y el Panathinaikos han reducido sobremanera el margen del error del Kirolbet, ante un reto de una complejidad enorme que posiblemente nunca se hubiese imaginado cuando se dio el pistoletazo de salida a la edición más especial de la Euroliga. De aquí en adelante no le queda otro remedio que rozar la excelencia para reducir la desventaja de dos victorias respecto a la octava posición y encontrar así un resquicio de esperanza a la hora de voltear su preocupante situación actual.
Ni su baloncesto, ni los precedentes de años anteriores con equipos que atesoraban su mismo bagaje a estas alturas ni mucho menos la insuficiente materia prima azulgrana da pie a pensar en grandes gestas, pero nadie puede bajar los brazos ni darse por vencido de antemano ante la evidencia de que la Euroliga es una carrera de fondo. Más que nada porque el trayecto continental podría llegar a convertirse en una pesadilla hasta abril del año que viene en caso de que el Baskonia no sea capaz de reconducir el rumbo.
contra la ansiedad Acaso hay espacio ya para siete o, a lo sumo, ocho errores cuando, por ejemplo, los vitorianos deben medirse todavía en dos ocasiones al CSKA o al Barcelona, también les resta por visitar canchas teóricamente inexpugnables como las del Fenerbahce, Olympiacos o Panathinaikos, o incluso deberán desfilar por el Buesa Arena el Real Madrid, el Anadolu Efes, el Armani Milan... Más de uno puede pensar con razón que la cuesta está más empinada que nunca, aunque todo hace indicar que, salvo el Darussafaka turco, nadie ha dicho aún su última palabra.
El problema para el Baskonia radica no solo en la complejidad de buena parte de sus rivales o el exigente calendario hasta mediados de enero con cinco de los próximos siete encuentros lejos del Buesa Arena, sino también su propia ansiedad y el desgaste mental que genera el hecho de haber dejado pasar buenas oportunidades para reengancharse a la pelea por el Top 8.
Los inesperados batacazos en lugares teóricamente asequibles como Múnich (Bayern) o Podgorica (Buducnost) pesan ahora como una auténtica losa, lo que mantiene en este instante a los alaveses en la duodécima posición. Únicamente el Maccabi, el Buducnost y el Darussafaka exhiben peor bagaje cuando se ha cubierto ya un tercio de la competición, un tiempo más que suficiente para descifrar las fortalezas y debilidades de los dieciséis participantes.
En el caso del Baskonia, que ya ha gastado el comodín del cambio de entrenador pero ante la sorpresa generalizada continúa sin concretar el aterrizaje de algún refuerzo que le proporcione un salto de calidad, ha visto cómo cada enfrentamiento ante un peso pesado se le ha indigestado hasta límites insospechados y ha servido para destapar las limitaciones de una plantilla demasiado corta. Para combatir el pesimismo del entorno, eso sí, nada mejor que un triunfo de prestigio ante el CSKA que permitiría contemplar el futuro con otro optimismo.
2016-17. El noveno clasificado (Estrella Roja) se quedó fuera de la pelea por la Final a Cuatro con 16 victorias debido a su peor ‘basket average’ con el Darussafaka turco. El Baskonia, cuyo bagaje a estas mismas alturas era 6-4, terminó en séptima posición con 17 triunfos. Es decir, sumó once de aquí a la conclusión de la fase regular.
2017-18. El Khimki fue el último equipo en asegurar los cuartos de final, para lo cual también alcanzó los 16 triunfos. Eso sí, el billete no estuvo en esta ocasión tan caro como el curso anterior, ya que el noveno clasificado (Unicaja) se quedó en esta ocasión a una distancia considerable en la tabla con apenas 13 victorias. Al término de la décima jornada, el Baskonia e ra undécimo con un balance algo mejor que el de ahora (4-6). Como concluyó la fase regular con 16 triunfos, cosechó doce hasta la llegada del ‘play off’ de cuartos de final.