vitoria - Si ha habido dos puestos cogidos con alfileres y que han supuesto un quebradero de cabeza en la presente temporada, esos no han sido otros que la dirección de juego y la falta de un recambio estable para Toko Shengelia en el puesto de cuatro. El Baskonia ha dispuesto de una interesante materia prima, pero determinadas demarcaciones han cojeado a la hora de la verdad impidiendo al grupo conseguir el ansiado salto de calidad para competir con los grandes transatlánticos. Posiblemente con algo más de calidad y amplitud de recursos a la hora de cubrir dichas posiciones, el cierre de curso podría haber sido más fructífero a nivel de resultados.

Si, como así parece, la intención de Josean Querejeta de cara a la campaña venidera reside en conformar una plantilla de campanillas que intente hacer acto de presencia en la Final Four de Vitoria del 17 al 19 de mayo de 2019, las principales carencias del actual roster azulgrana se hallan localizadas en la dirección y el escudero de Shengelia. Los tres bases en manos de Pedro Martínez adolecieron de cierta continuidad, aunque cada uno con matices claramente diferenciados.

Marcelinho Huertas, blanco de las críticas durante muchos meses, se ha rehecho en la segunda parte de la temporada hasta desempeñar un papel brillante. La primera experiencia de Luca Vildoza ha estado por encima de las expectativas. Irrelevante hasta la llegada del nuevo año, su rendimiento subió como la espuma encaramándose incluso a la titularidad en la final ante el Real Madrid. Dada su juventud y proyección, nadie duda de que atesora un porvenir espectacular.

Ambos sudamericanos fueron ganando progresivamente en confianza a medida que Jayson Granger entraba en un callejón oscuro. El esguince de tobillo padecido por el uruguayo en vísperas del inicio de la eliminatoria continental ante el Fenerbahce ha motivado que su concurso en el tramo caliente de la campaña haya resultado prácticamente testimonial.

El puesto de cuatro también ha sido un constante foco de problemas. La negativa del Baskonia a ampliar en su día el contrato de Kim Tillie abrió un socavón que tardó excesivo tiempo en cubrirse. El club debió tirar del bisoño Rinalds Malmanis hasta la llegada de Kevin Jones, un ala-pívot con experiencia en el baloncesto continental que resultó de mucha ayuda para el crecimiento del grupo. El estadounidense aterrizó en Vitoria con un contrato temporal bajo el brazo que expiraba en vísperas de afrontar el asalto a la Copa del Rey. La propuesta a la baja trasladada por Querejeta fue la invitación para que aceptara otra propuesta, en este caso del Nanterre francés.

Su lugar no fue cubierto por nadie, sino que la solución estaba en casa. Pedro Martínez recicló a Johannes Voigtmann como cuatro y de esta manera favoreció la vuelta a la rotación de un Ilimane Diop intrascendente durante muchas fases del curso. Entre medias, Toko Shengelia acumuló un desgaste evidente que se ha dejado sentir en las series finales por el título. - O. San Martín