Nada menos que siete años, once meses y veintiséis días habían transcurrido desde que el inolvidable dos más uno de Fernando San Emeterio puso el colofón soñado a la última presencia del Baskonia en una final. Sucedió el 15 de junio de 2010 en el Buesa Arena y supuso el tercer título de Liga para el club de Zurbano pero, desde entonces, se había alejado demasiado de lo que era una feliz costumbre. Probablemente por eso, certificar su presencia en la última batalla de la presente temporada le costó bastante más de lo recomendable para cualquier corazón que no esté fabricado del acero más resistente. Y es que hasta los cinco minutos extra de una prórroga tuvo que sufrir el equipo vitoriano para poder deshacerse definitivamente de un adversario al que tuvo que haber enterrado mucho antes. En cualquier caso, lo importante de verdad es que a partir del miércoles el Kirolbet por fin volverá a pelear por añadir un nuevo trofeo a sus vitrinas.
Un logro que casi le cuesta la vida anoche en el Palau Blaugrana. Porque el plantel de Pedro Martínez tuvo que sudar sangre y, sobre todo, sobreponerse a sus muchos errores en los momentos decisivos para someter a un Barcelona que rozó con la yema de los dedos el quinto encuentro. La reacción a tiempo de los visitantes cuando peor parecían pintar las cosas para sus intereses en el tiempo suplementario lo evitó y permitió que el sueño azulgrana se mantenga vivo.
Bien hará eso sí el Baskonia en aprender la lección si no desea reincidir en los mismos peligrosos errores ante el Real Madrid. Pese a que el técnico baskonista movió sus piezas e introdujo las novedades de Granger, Beaubois y Shengelia en el cinco inicial, el cuarto duelo de la semifinal arrancó por los mismos derroteros que los precedentes. Con los de Pesic fiando su suerte al trabajo defensivo sobre los bases y tratando de cerrar la zona para obligar al rival a tiros lejanos en los que la falta de puntería jugase a su favor.
Pese a ello, el Baskonia fue capaz de conservar la iniciativa en el marcador. Si bien es verdad que jugando a tirones, pudo llegar al descanso con una máxima renta de diez puntos gracias a un triple en el último segundo de Beaubois (34-44). Se antojaba el escenario ideal para rematar la serie en la reanudación pero el inicio del tercer cuarto fue todo lo contrario a lo deseado y la primera de las múltiples ocasiones en las que el Kirolbet revivió a su oponente a base de regalos.
nefastos saques de fondo Así, los últimos diez minutos comenzaron con todo en el aire. Un arreón vitoriano estableció la máxima diferencia en el marcador (59-70) a falta de cinco minutos y parecía el empujón definitivo hacia la final. Nada más lejos de la realidad. A partir de ese instante los despropósitos baskonistas se multiplicaron de manera incomprensible. Sin nada que perder ya, el Barcelona optó por jugarse el todo por el todo y, una tras otra, fue provocando innumerables pérdidas en su rival y recortando la diferencia. Especialmente sangrantes fueron la nefasta ejecución de los saques de fondo y la incapacidad para superar el medio campo antes de consumir ocho segundos de posesión. Aún así, la renta alavesa era de cinco puntos a falta de 42 segundos (70-75), cuando se consumó el desastre final. Incapaz de gestionar su ventaja, el Baskonia se convirtió en un manojo de nervios mientras veía al Barça acercarse. Hasta que, con solo 21 segundo por disputarse y posesión, Vildoza le entregó el saque de fondo a Claver para que empatara el duelo a 76. Shengelia dispuso a continuación de un triple para evitar la prórroga, pero la pelota no entró.
El tiempo suplementario se inició con este panorama tan poco halagüeño, la eliminación por faltas de Poirier y las primeras ventajas de toda la noche para los culés (80-77). Un horizonte repleto de nubarrones para los de Martínez. Pero entonces, por fin, el Baskonia recuperó el carácter que parecía haber extraviado y, aunque sin conseguir detener la sangría de errores, dio la vuelta a la situación con un parcial de 2-11 en los dos minutos y medio finales. Ocho largos años después, estaba en otra final dejando en la cuneta al que fue su último rival en la pelea por un título. Ojalá el desenlace sea también el mismo.