Vitoria - “No nos merecíamos caer en la serie por 3-0 y menos delante de nuestra afición, así que ahora a descansar y el jueves de nuevo a la carga para forzar el quinto”, sostenía ayer a pie de pista el uruguayo Jason Granger, menos protagonista de lo que hubiese querido por culpa de esa grave lesión en su tobillo izquierdo que ya le impidió jugar en los dos primeros partidos en Estambul y que ayer, después de forzar lo que no estaba escrito en los últimos días, jugó un puñado de minutos a medio gas. No aportó lo deseado el timonel, por tanto, pero para su suerte tampoco hizo falta porque el grueso del pelotón baskonista, sin excepción ayer, presentó sus reales credenciales ante un gigante que ayer sangró y fue más terrenal que nunca, especialmente en el último cuarto, donde los hombres de Pedro Martínez fueron capaces de someterle con un demoledor 15-0. Que a falta de cinco minutos el Fenerbahce anotara su primer punto dice mucho del esfuerzo coral e individual que ayer puso sobre el parqué el Baskonia, un análisis que incluso fue compartido por el propio Zeljko Obradovic en sala de prensa: “El bajón del segundo tiempo no ha sido normal y ahí ha estado la clave, lo mismo que en el inicio del último cuarto, donde fallamos cuatro tiros bien tirados y el Baskonia lo ha metido todo. Al final hemos sabido reaccionar y me quedo con eso, pero ya era demasiado tarde”, lamentó el preparador de la escuadra turca, que así y todo está convencido de las posibilidades de su plantel de embarcar mañana por la noche rumbo a Estambul, lo que sería indicativo del pase en la eliminatoria por 3-1. Una nueva fiesta en el actual campeón de Europa a la que no se quiere apuntar la escuadra vitoriana, más al contrario. Es su empeño volver a hacer del Buesa un fortín, contagiar de nuevo a sus aficionados y desesperar como ayer hizo sin remilgos a esa serie de estrellas rutilantes que, por momentos, fueron poco menos que un juego de niños en manos baskonistas. Mañana jueves, sin embargo, la historia será otra bien distinta. Palabra de Obradovic.