vitoria - Si el Baskonia quiere estar presente del 18 al 20 de mayo en su sexta Final a Cuatro de la historia, deberá protagonizar una épica gesta al alcance de unos pocos privilegiados. En un cruce al mejor de cinco partidos que tendrá lugar entre el 17 de abril y el 1 de mayo -aún no están definidas las fechas concretas-, le aguarda en cuartos de final un adversario temible desde cualquier punto de vista. Más allá de su segundo puesto en la fase regular gracias a una trayectoria muy solvente, el Fenerbahce impone respeto por el mero hecho de ser el vigente monarca europeo y parece actualmente el único en condiciones de discutir el favoritismo del CSKA.

Pese a disponer de una plantilla larga, versátil y poderosa en el plano físico, el ogro turco infunde algo menos de temor que el pasado ejercicio cuando conquistó la primera Euroliga de su historia. Ni siquiera uno de los clubes más acaudalados del Viejo Continente, capacitado para reclutar a quien se proponga gracias al multimillonario mecenazgo del grupo Dogus, fue capaz de combatir la ofensiva de la NBA por sus dos estrellas más rutilantes.

La sombra de Bogdan Bogdanovic (Sacramento Kings) y Ekpe Udoh (Utah Jazz) sigue siendo muy alargada en Estambul, en parte porque eran dos jugadores capitales que marcaban diferencias. Con el elegante exterior serbio, la mordiente ofensiva estaba garantizada. En el caso del intimidador poste americano, su dictadura en la pintura carecía de antídotos entre los oponentes.

Sin embargo, con dinero en el banco resulta más sencillo reinventarse y el Fenerbahce ha sido capaz de olvidar estas traumáticas ausencias para mantenerse en la cresta de la ola. Su coraza de grupo tremendamente pétreo y consistente ya fue padecida meses atrás en sus carnes por el Baskonia, tanto en el Buesa Arena (69-83) como en el Ulker Sports Arena (79-74).

Ambos partidos tuvieron un desarrollo similar con un progresivo desplome vitoriano a medida que el desgaste iba haciendo mella. El Baskonia resistió con cierta entereza hasta que flaquearon sus fuerzas. A la postre, se dejó sentir la contundencia de la defensa otomana, de largo la mejor de toda la competición con poco más de 73 puntos encajados por jornada y famosa por poner en práctica los célebres cambios automáticos. La envergadura y la polivalencia de varios integrantes de su roster permiten a Zeljko Obradovic establecer quintetos extremadamente altos a los que cuesta dar una respuesta durante un largo intervalo de tiempo. El laureado preparador serbio, que aspira este año a izar su décima corona a pocos kilómetros de su casa de Cacak, ha llegado a simultanear la presencia en pista de cuatro hombres con más de dos metros (Datome, Melli, Vesely y Thompson).

equilibrio interior-exterior El Fenerbahce destaca por la solidez de su granítico bloque, pero también cuenta con individualidades sumamente peligrosas, sobre todo en el perímetro. La madurez de Sloukas en el timón queda constatada año tras año. El cerebral base griego brinda grandes dosis de oficio e inteligencia, complementándose a la perfección con otro jugador mucho más vertical y con el aro entre ceja y ceja. Wanamaker, el fichaje estrella del adversario azulgrana procedente del Darussafaka que también se alterna en el puesto de dos, constituye un peligro público para las defensas contrarias debido a su determinación en las entradas y su buena muñeca.

Lo cierto es que Obradovic tiene mucho y bueno donde elegir en la cuerda exterior. El exACB Nunnally, ya recuperado de aquella espeluznante caída en el choque ante el Baskonia y que pasó con más pena que gloria por el Estudiantes, se reparte los minutos junto a Guduric, una apuesta personal del técnico balcánico que ya ajustició a los azulgranas con 18 puntos en el partido de Estambul. Guler, Mahmutoglou y el nacionalizado Muhammed, que suele ejercer como revulsivo cuando los partidos marchan bien avanzados, disponen de un protagonismo residual.

Otra inmejorable noticia para el Fenerbahce ha sido el restablecimiento definitivo de Kalinic, cuyo debut en la presente edición continental se hizo de rogar debido a sus severos problemas de espalda que le obligaron a pasar por el quirófano. No es un reputado tirador, pero sí el clásico alero todoterreno que ofrece soluciones en muchas facetas.

Por dentro, el Fenerbahce también anda sobrado de efectivos cualificados. El dúo Melli-Vesely aglutina la mayor parte de los minutos, pero no son las únicas bazas otomanas. La versatilidad de Datome para actuar como falso cuatro, el poderío físico del exNBA Thompson y el paso al frente del local Duverioglu diversifican los peligros de un equipo que, al margen de sus virtudes y la inmaculada dirección del mejor técnico europeo de la historia, también agradece la asfixiante temperatura ambiental que crean sus hinchas en el Ulker Sports Arena. Si el Baskonia aspira a inmiscuir su figura en la gran fiesta del baloncesto europeo prevista en Belgrado, será un recinto que deberá conquistar, al menos, una vez.