Vitoria ? Cuando poco después de las ocho de la tarde del pasado domingo 21 de enero el Baskonia cerró su cómoda victoria sobre el Betis en la 17ª jornada de la Liga ACB, Sandra y Ainhara no pudieron evitar un suspiro de alivio en las gradas del Buesa Arena. “Esta vez sí nos acompañan”, exclamaron casi al unísono. Y es que estas dos jóvenes vitorianas formaron parte de los aproximadamente trescientos incondicionales aficionados azulgranas que se desplazaron en el año 2015 a la Copa del Rey que se celebró en Gran Canaria a pesar de que el conjunto de Zurbano no logró la clasificación para esa cita. El irregular arranque de temporada protagonizado por el equipo a las órdenes de Pablo Prigioni y tener que esperar hasta la última oportunidad para asegurarse un puesto entre los ocho primeros clasificados les hizo temerse lo peor. Ya se sabe que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra y, por momentos, la incertidumbre por el desenlace final les llevaba a verse otra vez compuestas y sin equipo al que animar. Por eso, celebraron la victoria sobre el Betis ?y, sobre todo, la consecución del billete copero? casi como si de un título se tratara. A la segunda ha sido la vencida y, esta vez sí, podrán disfrutar y sufrir con el Baskonia desde las gradas del Gran Canaria Arena.

Porque al igual que lo han hecho de manera ininterrumpida durante los últimos trece años, Sandra Nieto y Ainhara Flores volverán a cumplir con su ineludible cita con la Copa del Rey de baloncesto. Casi tres lustros ya completando un ritual cuyo origen es un claro ejemplo del mágico ambiente que rodea a esta competición. “La primera edición en la que estuve fue la de Zaragoza en 2005. Justo un par de días antes de que empezara me tocó un abono en un sorteo que hacía Radio Vitoria, así que fui sola. Allí coincidí con otras dos chicas que también habían ganado el premio y estuvimos juntas esos días”, recuerda Sandra. Ese fue el inicio de una relación que no ha hecho más que fortalecerse con el paso del tiempo. Porque esas otras dos afortunadas eran Ainhara y Maitane Lacalle, y desde entonces disfrutan juntas de su pasión por el baloncesto.

A Maitane sus compromisos laborales le han obligado a perderse alguna cita ?como esta Copa, que seguirá desde Mallorca, donde reside actualmente?, pero Sandra y Ainhara forman parte del núcleo duro de incondicionales con la competición del K.O. “El primer día que salen las entradas a la venta ya estamos ahí delante del ordenador para asegurarnos que conseguimos el abono”, confiesan.

Ni siquiera la inesperada ausencia baskonista en el torneo de 2015 les echó para atrás. Aunque, evidentemente, tuvieron que asumir la gran decepción de ver cómo su equipo se ausentaba de un evento al que llevaba asistiendo desde hacía dieciocho años, cumplieron escrupulosamente con los planes que tenían previstos. “En ningún momento se nos pasó por la cabeza no ir. Ni siquiera pensamos en tratar de vender los abonos. Es verdad que, comparada con otras, fue una Copa diferente porque no teníamos a quién animar pero cada día apoyábamos a uno y, aunque no se había clasificado, la afición del Baskonia volvió a dejarse notar”, explica Sandra.

Hace tres años, Maitane pudo acompañar a sus dos amigas y, teniendo en cuenta las peculiaridades de la sede, aprovecharon para estirar la escapada y disfrutar de unas pequeñas vacaciones. “En julio del año anterior ya cogimos los vuelos y estuvimos una semana. Los cuatro primeros días en el sur, en la zona de las playas y los cuatro últimos centradas ya en el baloncesto más al norte”. En esta ocasión sin embargo, “como ya lo conocemos”, viajan hoy miércoles. Aunque lo que no ha variado es la previsión con la que han organizado el desplazamiento. “Los abonos los compramos el primer día que salieron a la venta y el resto del viaje lo cerramos en septiembre u octubre”, desvela Sandra. Allí, compartirán alojamiento con otros aficionados del Unicaja, con los que coinciden habitualmente en estas citas. “Ya les hemos dicho que tenemos que jugar la final pero ellos están convencidos de que el Madrid les va a ganar en cuartos. A ver si por lo menos le desgastan...”, reclama la baskonista.

Porque, en la maleta que les acompaña a Gran Canaria, las gasteiztarras han reservado un importante hueco para la ilusión. Ha transcurrido ya casi una década desde que el conjunto de Zurbano se hiciese con su último título y en el horizonte inmediato se presenta una buena oportunidad para que el cuadro de Pedro Martínez tome el relevo. “Llevamos una temporada un poco irregular pero yo creo que por lo menos hay opciones de llegar a la final. El Barcelona es una incógnita después de todo lo que ha pasado últimamente pero el equipo ya ha demostrado que es capaz de ganarle y después en semifinales nos tocaría el rival a priori menos complicado. Hay que aprovechar la oportunidad”, reflexiona Sandra sin poder evitar que un brillo especial se cuele en su mirada.

Claro que para que la película concluya con el final feliz que imagina en su particular guión, los vitorianos tendrían que acabar con su bestia negra de los últimos años. “Yo veo casi seguro al Madrid llegando a la final y en las anteriores Copas siempre nos ha eliminado de aquella manera. Esperemos que esta vez tenga que trabajar mucho en las eliminatorias previas y si nos jugamos el título contra ellos que estén más cansados y les podamos devolver la moneda”.

Si finalmente el domingo Toko Shengelia es el encargado de levantar el trofeo de campeón al cielo, no será la primera vez que Sandra y Ainhara disfruten de un momento inolvidable como ese. Algo que precisamente va muy ligado a su elección de los mejores recuerdos de su amplia experiencia copera.

“Si tuviera que elegir, probablemente me quedaría con las de Madrid en 2006 y 2009. Aunque es verdad que en ciudades grandes el ambiente de baloncesto se diluye bastante, es un lugar en el que siempre encuentras algo interesante y sobre todo son mis preferidas porque ganó el Baskonia”, reconoce Sandra. Lo que, si pudiera, desterraría para siempre son las ediciones en las que el Baskonia ejerce de anfitrión. “No me gusta nada que las Copas sean en Vitoria. Pierdes la magia esa de salir fuera, conocer otras ciudades y disfrutar del ambiente. Para nosotras son ya como unas minivacaciones que tenemos programadas todos los años y si se celebra aquí no es lo mismo”.

Por eso, aunque suponga regresar a un destino en el que han estado recientemente, se muestran encantadas con la idea de pasar unos días en las IslasAfortunadas. Eso sí, como veteranas y conocedoras del terreno, ofrecen unos valiosos consejos para quienes vayan a vivir su bautismo en el Gran Canaria Arena. “El pabellón en general está bien pero en algunas zonas, especialmente en las altas, hay bastantes corrientes y se pasa frío”, advierten. Así que los más de mil baskonistas que arroparán al cuadro de Pedro Martínez ya saben a qué atenerse. Una chaqueta por si acaso y animar sin parar para entrar en calor.