vitoria - Las cinco victorias consecutivas cosechadas por el Baskonia, tres de ellas en la Euroliga, y el óptimo momento de juego que vive un equipo renacido de la mano de Pedro Martínez no esconden una realidad palpable que preocupa a corto-medio plazo. Seguro que la semana sin partidos oficiales que aguarda por delante a los vitorianos -el próximo duelo oficial está programado para el jueves 30 ante el Fenerbahce- vendrá de perlas a los contados hombres sanos de que dispone actualmente el preparador catalán, obligado a hacer más con menos e hilar muy fino con un grupo demasiado corto de efectivos.
Las conmovedoras exhibiciones de la semana pasada llevaron aparejadas el paso a la enfermería de tres jugadores, algo que ha reducido sobremanera el margen de maniobra del técnico a la hora de rotar y mantener la frescura de la columna vertebral. La mandíbula de Garino se rompió de manera fortuita ante el Joventut, Ilimane Diop se lastimó un dedo en otra acción repleta de mala fortuna ante el Real Madrid y, para colmo de males, McRae recayó de sus problemas de hombro en Kaunas.
En el caso de los dos primeros, no se les espera de vuelta hasta prácticamente el mes de enero si se cumplen los plazos emitidos por los galenos, mientras que un halo de misterio envuelve la compleja situación del alero estadounidense, al que el paso por el quirófano le haría perderse casi toda la temporada y que de momento sigue un tratamiento conservador cuyos frutos no se vislumbran por ningún lado.
Tres jugadores menos, por tanto, sin obviar que el recambio de Tornike Shengelia constituye otro expediente X desde el inicio de la temporada. En realidad, exceptuando el puesto de base -aquí los tres están sanos-, Pedro Martínez podría conformar perfectamente un quinteto de garantías con las piezas que están fuera de combate.
jóvenes sin oficio Frente al Estrella Roja, el Baskonia se condenó a un epílogo taquicárdico, en parte por los problemas derivados de una plantilla con el fondo de armario más bien justo. Mantener un ritmo tan alto con apenas ocho jugadores -Granger, Huertas, Janning, Beaubois, Timma, Shengelia, Voigtmann y un Poirier sin continuidad en Belgrado por las faltas- se antoja complicado a estos niveles y hace que el físico azulgrana se resienta. Nadie obvia que los cuatro restantes jugadores que integraron la expedición con destino a la capital serbia carecen del pedigrí y tablas que demandan un torneo de caza mayor como la Euroliga.
El cumplidor Rinalds Malmanis y Miguel González, con ficha del filial, son unos recién llegados a la élite que todavía necesitan muchas horas de vuelo. En el caso de Luca Vildoza, que también vive la primera experiencia fuera de su país natal y al que Pedro Martínez volvió a recurrir sin excesiva fortuna al inicio del tercer cuarto, tampoco está brindando soluciones al frente del timón cuando sale como revulsivo. Por último, Iván Martínez llegó a Vitoria en el último momento en detrimento de Tadas Sedekerskis con el fin de ayudar a cumplir los siempre engorrosos cupos y, como cabía esperar, no pasa de ser una simple pieza de relleno destinada a reforzar los entrenamientos.
En total, cuatro jugadores de dudosa rentabilidad hoy en día y fuera de los planes azulgranas cuando lleguen las curvas del calendario. Durante este intervalo en el que se ha visto golpeado sistemáticamente por las desgracias, el Baskonia apenas ha reaccionado más allá de confirmar la continuidad de Janning hasta el final del ejercicio.
La del francotirador estadounidense era una renovación cantada que se había convertido en un clamor público ante su excelente rendimiento. Está por ver si la entidad alavesa se refuerza con algún temporero y acomete de una vez por todas la ansiada llegada del cuatro para ampliar la nómina de efectivos, aunque no parece sencillo. Todo hace indicar que Pedro Martínez deberá seguir realizando encaje de bolillos en próximas fechas para mantener al Baskonia en la cresta de la ola en la ACB y la Euroliga.