vitoria - Este próximo mes de septiembre Jon Ander Cuadra cumplirá 21 años. Con dos cursos en Campbell aún por cumplir, el vitoriano ya ha comenzado a especular sobre su futuro, el cual parece tener bastante diáfano. Siempre orientado, claro está, al baloncesto. “Ahora mismo estoy centrado en poder jugar al baloncesto profesionalmente, en cuanto acabe la carrera”, se sincera Cuadra. El sitio ideal, sería, por su puesto, su lugar de nacimiento. Y si puede ser con cierta camiseta azulgrana, mejor que mejor. “Volver a Vitoria sería un sueño. Todo vitoriano quiere jugar en el Baskonia. Al ser de aquí lo sientes más , sería algo muy especial”, asegura.

Sin embargo, tampoco se corta las alas a la hora de considerar otros destinos. “Estaría muy bien poder jugar en cualquier equipo europeo. En cualquier sitio en realidad, mientras sea viviendo de esto. Pero jugar en el Baskonia es un objetivo que tengo marcado”, insiste.

Por el momento, en su etapa en la NCAA, el jugador de Campbell ya ha vivido experiencias cercanas o incluso mejores que las que pueden experimentarse en conjuntos europeos profesionales. Y es que la competición universitaria de Estados Unidos genera una cantidad multimillonaria de ingresos que no tiene que repartir entre los jugadores, y las instalaciones deportivas de las universidades punteras superan por mucho a las que pueden encontrarse en España en equipos privados. De hecho, los Fighting Camels suelen viajar en autobús cuando juegan partidos contra escuadras de su propia conferencia, pero en el momento de jugar partidos que requieren de desplazamientos más largos son transportados en un pequeño avión privado.

Y es que lo de dedicarse al deporte de la canasta le viene de familia. Jon Ander es hijo de Mikel Cuadra, jugador del Baskonia entre otros. El veterano baloncestista, retirado tiempo atrás, también pasó por las filas del Collado Villalba, el Juventud de Alcalá o el Caja Rioja, donde llegó a anotar 47 puntos. El vizcaíno era conocido precisamente por su voracidad anotadora, aunque solo llegó a jugar en la ACB dos temporadas. ¿Llegará su hijo a igualarle o superarle? El enigma todavía tardará un tiempo en despejarse. - A. Mateos