vitoria - La localidad francesa de Chantilly ha sido el lugar escogido por los once clubes con licencia A de la Euroliga para debatir el nuevo plan estratégico que se implantará durante los próximos cinco años. Finalizada una frenética primera campaña en la que el nuevo formato de todos contra todos ha colocado a la máxima competición continental en otra dimensión y supuesto un éxito en todos los sentidos, sobre todo el apartado económico con un considerable volumen de ingresos para los participantes, ha llegado el momento para analizar cualquier punto susceptible de mejora. Para ello, Jordi Bertomeu ha convocado a las cabezas visibles del selecto grupo de once privilegiados que tienen garantizada su presencia de forma ininterrumpida durante la próxima década. Al cónclave no faltaron, además de Josean Querejeta, directivos de indudable trascendencia como Andrei Vatutin (CSKA), Dimitris Giannakopoulos (Panathinaikos), Shimon Mizrahi (Maccabi), Mauricio Gherardini (Fenerbahce), Juan Carlos Sánchez (Real Madrid) o Albert Soler (Barcelona).

Según explicó la Euroliga mediante un comunicado, “la reunión se centró en cómo continuar el crecimiento masivo de la audiencia de la competición y maximizar los ingresos para los clubes. El punto de partida consistió en identificar objetivos claros de cara a mejorar el posicionamiento del torneo y conseguir un incremento en todas las áreas del negocio, aumentando el valor de la liga y, por lo tanto, de sus clubes”.

Durante los dos días de reunión, se debatieron numerosas propuestas por parte de los ejecutivos de la Euroliga, entre ellas la agregación de plataformas digitales de clubes y ligas, la búsqueda del consumidor del mañana como una prioridad estratégica de planes comerciales y de marketing, el refuerzo de las estructuras del personal del área de negocios en los equipos, la mejoría de la gestión de los pabellones y los ingresos del día de partido o la identificación de futuras oportunidades de expansión de la competición.

Un punto caliente del que no ha trascendido nada, al menos públicamente, ha sido la factible ampliación del número de equipos que Bertomeu ha previsto para la campaña 2018-19. El director ejecutivo pretende expandir el torneo a nuevos mercados que no están representados actualmente. El descontento también es latente entre algunos directivos ante la certeza de que cinco equipos de la próxima edición provendrán de la ACB. Por contra, otros países aparecerán representados con cuentagotas.