vitoria - Si hay algo que está sorprendiendo a propios y extraños desde el arranque de las series finales por el título es la escasa habilidad del Baskonia para acudir con cierta asiduidad a la línea del tiro libre, sobre todo en comparación con la inteligencia de unos adversarios que sí están sabiendo forzar situaciones límite con el fin ir al 4,60 y subir muchos puntos a su casillero. Como telón de fondo también figura la siempre imprevisible dirección del viento arbitral, carente de un criterio unificado desde el comienzo de la temporada y que a menudo desquicia a los jugadores debido a la barra libre existente a la hora de permitir toda clase de golpes en algunos partidos y, sin embargo, el exceso de celo para sancionar cualquier soplido en otros. Aunque no han exteriorizado su enfado en público, Sito Alonso y los suyos se sienten claramente agraviados en este sentido.

Sin embargo, no es menos cierto que el estilo de juego desplegado por el Baskonia con cinco hombres bien abiertos en la mayoría de las ocasiones y presidido por una nula búsqueda del juego interior tampoco juega a su favor para forzar faltas. Ni siquiera sus fornidos aleros son capaces de postear en algún momento a sus pares, una virtud que sí acreditó el Valencia Basket el sábado con Sato y San Emeterio provocando graves desequilibrios.

Aunque el vitoriano ya se convirtió durante la fase regular en el cuarto equipo que menos faltas provocó a sus rivales con apenas 20,63 de media, este problema se ha agudizado en los seis encuentros que se llevan transcurridos de play off ante Gran Canaria y Valencia con una estadística si cabe más aterradora. Para acudir a la línea del 4,60 metros, el Baskonia está viviendo ciertamente una odisea. De hecho, únicamente ha lanzado 84, mientras que entre los insulares y los taronjas ya acumulan la friolera de 138. Es decir, una diferencia de 54 que en partidos tan cerrados suele acabar pesando como una losa.

De los ocho aspirantes que iniciaron la pelea por el título, el Baskonia es el segundo que menos faltas provoca con 19,83. Por contra, es el sexto al que más sancionan los contactos con 22,83. Casi siempre entra en el bonus con muchos minutos del cuarto por disputarse y eso le va desgastando paulatinamente. Con todo, sorprende en demasía que hombres con una notable capacidad de desequilibrio como Larkin, Beaubois o el propio Ledo no sean capaces de forzar situaciones propensas a que los árbitros terminen enviándoles a la línea. Un aspecto que conviene corregir esta noche si pretende estirarse una eliminatoria en la que el Valencia Basket está llevando la voz cantante pese a disponer de un único base puro.

Cuartos de final. El Gran Canaria lanzó entre los tres partidos 71 tiros libres -de ellos anotó 57-, mientras que el Baskonia se quedó en apenas 45 convirtiendo tan solo 27.

Semifinales. Esta preocupante tendencia se ha agudizado en la eliminatoria ante el Valencia Basket, que ha dispuesto de 67 tiros libres -embocando 50-. Mientras tanto, los alaveses han ido a la línea del 4,60 únicamente en 39 ocasiones (26 aciertos).

Fase regular. No es un problema nuevo, ya que el Baskonia fue el cuarto equipo que menos faltas provocó con 20,63.

84

De los ocho aspirantes al título, el Baskonia es el segundo que menos faltas provoca a los adversarios con tan solo 19,83 de media. Por contra, es el sexto que más infracciones comete con 22,83. Su porcentaje de acierto en esta faceta también es de lo más discreto, ya que apenas ha encestado 53.