En sus grandes años, el Baskonia se ha caracterizado siempre por un juego ofensivo alegre y vistoso, muy atractivo visualmente y basado en la velocidad. Pero en muy pocas de sus mejores versiones de antaño alcanzó este equipo el nivel de rapidez en la ejecución de sus ataques que ayer desplegó sobre el parqué del Abdi ?Ipekçi Arena, sobre todo en una primera parte en la que fue un volcán en erupción. A la carrera desde el primer segundo, los de Sito Alonso parecían un bólido de Fórmula 1 equipado con un cañón de milimétrica puntería que destrozó al Galatasaray a base de velocidad y acierto en el lanzamiento. Una combinación letal que arrojó cifras de escándalo difícilmente igualables y que prácticamente desde el primer cuarto allanó el camino hacia la victoria en Estambul.
El Baskonia interpretó a la perfección un estilo de juego que bien se puede asemejar al manido run and gun que en diferentes etapas ha aparecido en la NBA. En Europa el juego acostumbra a ser mucho más controlado, pero el equipo vitoriano se sacó ayer del repertorio una exhibición de lo que se puede traducir como correr y tirar. Siempre que pudo, y fue en muchas ocasiones, el cuadro azulgrana buscó transiciones rápidas hacia el ataque y efectuó lanzamientos desde cualquier posición sin apenas consumir segundos de posesión y sin necesidad de dar más de un pase. Un estilo que impide que las defensas se construyan y que resulta devastador cuando acompaña el acierto en el lanzamiento.
Justo lo que sucedió ayer con unos brutales porcentajes: 65 % en tiros de dos (15/23) y 64 % (9/14) en triples al descanso, después de haber anotado 27 y 33 puntos en cada uno de los dos primeros cuartos para un total de 60. Solo Shengelia se fue sin anotar en la primera parte -y no lo haría en todo el partido, al igual que un Sedekerskis que solo jugó un par de minutos- en un equipo que repartió en esos veinte minutos diecisiete asistencias -serían 29 al final, con Larkin y Hanga con siete por cabeza- siendo Voigtmann el único que no dio un pase de canasta.
Con todo resuelto ya al descanso, el cuadro baskonista levantó el pie del acelerador, pero cada vez que el Galatasaray amenazó con meterse en el partido le devolvió el golpe por triplicado con su gran acierto desde el arco exterior. Hasta siete jugadores azulgranas anotaron desde la línea de 6,75 metros -el único que no acertó en sus intentos fue Luz- para acabar firmando 14 aciertos en 22 lanzamientos, un excepcional 63,6 % de acierto.
Dentro del gran nivel general, dos jugadores que habitualmente no brillan en tareas ofensivas como Tillie y Diop aprovecharon a la perfección el agujero interior de un Galatasaray que, dicho sea de paso, ayudó lo suyo con una defensa bastante blanda. El francés se fue hasta los 20 puntos con solo un par de fallos en el lanzamiento (5/6 de dos y 3/4 de tres, además de un tiro libre), mientras que el senegalés firmó 18 tantos con un 8/10 en tiros de dos.