Vitoria - Es lo que suele acarrear el peso de la fama o los ceros de un fichaje, que las expectativas resultan proporcionales a la altura del personaje y las críticas, cuando llegan, transitan en la misma dirección. Algo de esto es lo que está empezando a sentir en primera persona el, probablemente, jugador más mediático de Baskonia en la actual temporada. Andrea Bargnani, un faro con diez temporadas a sus espaldas en la todopoderosa NBA y dotado de una mano y un estilo exquisitos pero que, sin embargo, continúa sin dar muestras del potencial que se le presume, especialmente en tareas defensivas, donde sus carencias y su falta de actitud tanto en la liga doméstica como en Euroliga están empezando a resultar preocupantes. Bien es cierto que el perfil del jugador italiano tiende a evitar el físico y el contacto, sin embargo estas carencias se multiplican cuando el compañero que se supone que tendría que tapar esas vergüenzas (léase Voightmann) tampoco está a la altura. Y entonces sí, su exposición pública resulta tremendamente crítica y todas las miradas se giran hacia el referente que, se supone, debe guiar al equipo.

En este contexto, el duelo de mañana ante Galatasaray turco se presenta como una buena oportunidad para reivindicarse y, de paso, ganarse el respeto de la siempre juiciosa afición baskonista y el beneplácito de la implacable presidencia. Si algo ha demostrado la junta directiva en los últimos años es que nunca le tembló el pulso a la hora de tomar medidas tan pronto y, sobre todo, tan drásticas. Así pues, la reválida de Bargnani es inminente, y de ello habló ayer en su comparecencia ante los medios de comunicación con cierto espíritu crítico. “Tenemos que aprender de ese partido (CSKA) si queremos competir con los mejores de Europa y ser mejores. Es cierto que en las últimas dos semanas hemos tenido altos y bajos, pero somos conscientes de ello y trabajamos para volver a la línea de hace varios días semanas”, valoró el pívot italiano, que pidió públicamente a continuación un esfuerzo a todos sus compañeros para enderezar el rumbo en casa después del varapalo de Moscú. “Cuando estás en un periodo así es una mezcla de cosas. Tenemos que mejorar en cuanto a la concentración y dureza mental”, abundó Bargnani, que no rehuyó las críticas sobre su falta de regularidad. “Espero jugar y aportar de manera continuada. Ir cogiendo ritmo y tener más consistencia ya que es molesto no estar parado”.

el regreso de tibor pleiss Quien prácticamente seguro no lo estará mañana ante la escuadra turca será Chase Budinger, aún con molestias tras el duelo en Moscú ante el CSKA y que ayer le impidieron trabajar junto al resto de sus compañeros. El norteamericano ya se perdió el partido de liga del domingo ante el Tenerife Iberostar y volverá a hacer lo propio ahora en Euroliga ante el Galatasaray, club, por cierto, donde milita el exbaskonista Tibor Pleiss, que ayer recordó los buenos momentos vividos en Vitoria. “Para mí fue una gran etapa con todos esos fans y ese ambiente. Es una ciudad que vive el basket y fue un gran periodo, por eso cada vez que vuelvo pienso que probablemente fue la mejor etapa de mi carrera”, señaló el alemán.