Vitoria - Únicamente dos números uno del draft de la NBA han militado en algún equipo de la ACB a lo largo de su dilatada historia. El primero, Ralph Sampson, llegó al Unicaja de Málaga en el curso 92-93 en pleno declive de su carrera y con las rodillas destrozadas. Solo aguantó diez encuentros en las filas de la escuadra andaluza. El pasado mes de julio, el italiano Andrea Bargnani se unió a este selecto club tras llegar a un acuerdo para incorporarse al Baskonia. La gran diferencia es que el pívot transalpino todavía se encuentra en plenitud y afronta su regreso a Europa como la ocasión de reivindicar su enorme categoría tras una última etapa de ostracismo en la competición norteamericana. Evidentemente, su aterrizaje en el Buesa Arena supuso una auténtica conmoción en el mundo del baloncesto y que fuera designado de inmediato como la gran referencia de la escuadra de Sito Alonso para la presente temporada.
Su trayectoria le avala sin duda para lucir sin problemas esos galones y, pese a su atípica pretemporada marcada por las lesiones, sus primeras actuaciones con la elástica azulgrana sirvieron para despejar posibles dudas y confirmar las expectativas.
Por eso, no es de extrañar que cuando -apenas una hora antes de la disputa de la quinta jornada de Liga ante el Joventut- se supo que guardaría reposo por un golpe en el gemelo se activara el primer nivel de las alarmas. Un grado de preocupación que no ha parado de aumentar conforme se han acumulado los compromisos en los que no ha podido estar sobre el parqué sin que se haya conocido un pronóstico concluyente sobre su recuperación.
¿Cómo iba a sostenerse el edificio baskonista, todavía en plena fase de construcción, sin su gran piedra angular? El temor desde luego se antojaba más que justificado pero lo cierto es que la baja de Andrea Bargnani ha tenido un efecto bastante menos negativo de lo que a priori podría esperarse. Los números no acostumbran a engañar y el balance del Baskonia es exactamente el mismo con el italiano en pista que cuando ha estado en el dique seco.
Hasta el momento el combinado de Sito Alonso ha disputado doce encuentros (siete de ACB y cinco de Euroliga). Il Mago ha estado presente en la mitad de ellos y con él en liza el Baskonia ha sumado cuatro victorias y dos derrotas. Idéntico expediente al de los choques que ha visto sin vestirse de corto.
Unos datos que hablan muy bien de la capacidad del colectivo para reponerse a un imprevisto de gran consideración y taponar una herida que podría haber llegado a ocasionar una peligrosa hemorragia. Con la perspectiva de que Bargnani pueda volver a jugar esta semana -bien el viernes contra el Fenerbahce o el domingo en Valencia-, el Baskonia parece haber conseguido superar con nota el primer obstáculo serio del curso. Desgraciadamente, seguro que no es el último.
Con Bargnani. El Baskonia ha jugado seis partidos con el italiano en pista, en los que ha sumado cuatro triunfos y dos derrotas. En la ACB se ha impuesto a Obradoiro (76-92), Murcia (87-75) y Andorra (95-77) y ha perdido ante el Barcelona (98-92). En la Euroliga ganó al Efes (85-84) y tropezó en Kaunas (78-73).
Sin Bargnani. El italiano se ha perdido otras seis citas. En el torneo doméstico el equipo venció en Badalona (83-90), cayó en Málaga (82-72) y superó al Manresa (82-69). En Europa, se impuso en Madrid (87-91) y Belgrado (63-70) y perdió ante el Olympiacos (90-95). Presenta por lo tanto un balance idéntico de cuatro triunfos y dos derrotas.
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Bargnani solo ha podido jugar la mitad de los partidos del Baskonia esta temporada.