vitoria - Han transcurrido dos días ya desde que la increíble canasta de Bourousis para igular el tercer partido encendiera la mecha de la revolución baskonista que se confirmó definitivamente en la posterior prórroga pero la euforia que impregnó todo el Buesa Arena continúa todavía más que presente. Y ese es precisamente el principal argumento con el que el Laboral Kutxa afronta el cuarto -y ojalá que no definitivo- capítulo de la semifinal liguera ante el Barcelona. Después de haber hecho lo más complicado dando la vuelta contra todo pronóstico a una situación que se antojaba imposible y que amenazaba con hacer bajar definitivamente el telón de la temporada para los de Velimir Perasovic, la escuadra de Zurbano está dispuesta a aprovechar al máximo la ola en la que se subió a última hora de la noche del miércoles.
El cuadro vitoriano debe tratar por todos los medios de continuar cabalgándola hasta transformarla en un tsunami que se lleve por delante la resistencia del Barcelona. Si lo consigue, significará que suma una segunda victoria vital e imprescindible para llevar el cruce de vuelta a Barcelona para jugarse el todo por el todo en el quinto y último choque.
Para ello, el Baskonia necesita dejar atrás definitivamente las dudas y los errores que le han lastrado sobremanera durante la mayor parte de la serie y conservar la alegría y el descaro recuperados durante el inolvidable epílogo del encuentro del miércoles. Cuando ya tenía todo prácticamente perdido, apostó por mantenerse fiel al estilo y la filosofía que le han reportado sus mayores éxitos este curso. Gracias a ello y a la reaparición de hombres fundamentales -que habían estado desaparecidos hasta entonces- para apoyar al colosal Bourousis, el equipo encontró por fin la senda para escapar de los grilletes hasta entonces irrompibles del Barça.
Y si la victoria -especialmente por el modo en el que llegó- tuvo un evidente efecto psicológico sobre la tropa baskonista, también lo tuvo, pero a la inversa, sobre la escuadra culé. Unos jugadores que ya prácticamente se veían camino de Foronda para tomar el charter de regreso a casa con el pasaporte para la gran final en el bolsillo se encontraron, de repente, con un descomunal golpe en las zonas blandas que les dejó K.O. Un fuera de combate que el Laboral Kutxa tiene que intentar prolongar lo máximo posible. De esta manera, el arranque de la contienda de esta tarde se antoja fundamental para los intereses vitorianos.
Si en las tres citas anteriores ese inicio siempre ha supuesto un jarro de agua fría para los de Perasovic, en esta oportunidad tienen que tratar por todos los medios que ocurra lo contrario. A ello contribuiría enormemente, por supuesto, que la caldera del Buesa Arena hierva al máximo de su potencia para endurecer aún más la empinada cuesta a la que se ha visto abocado a enfrentarse el Barcelona.
Si el Baskonia es capaz de firmar una puesta en escena notable y tomar la iniciativa en el juego y en el marcador, sin duda habrá dado un paso de gigante en su propósito de llevar la serie de regreso a la Ciudad Condal. Si, por el contrario, repite los mismos errores de las citas precedentes en ese tramo inicial del duelo, le dará un oxígeno valiosísimo a un adversario al que ahora mismo le cuesta respirar pero que ya ha ofrecido sobradas muestras de su potencial y que hará todo lo posible por finiquitar la eliminatoria en esta segunda oportunidad que se le presenta.
Así pues, el Laboral Kutxa debe estar preparado para tener que ofrecer su mejor versión para sacar adelante la contienda y en ella deben contar con un papel relevante hombres como Adams, Bertans o Hanga, apagados en las últimas citas. Lo imposible ya tuvo lugar el miércoles. Hoy, toca un triunfo normal.