Berlín - La semifinal que enfrentará al Baskonia con el Fenerbahce arrancará a las nueve de la noche de mañana viernes en el Mercedes Benz Arena. Se trata del primer examen que tendrá que superar el cuadro vitoriano si desea hacerse con el primer título de campeón de la Euroliga de su historia. El segundo llegaría dos días después en la gran final del torneo continental. Dos encuentros sin margen de error en los que los protagonistas de ambos bandos desplegarán todo su repertorio baloncestístico para conseguir levantar el ansiado trofeo. Sin embargo, más allá de estrategias y canastas imposibles, hay otro aspecto determinante que no conviene olvidar en absoluto. Porque lo cierto es que el título empieza a conquistarse en la cabeza. En un escenario de máxima tensión y teórico equilibrio de fuerzas como es una Final Four la preparación mental y psicológica adquiere un valor fundamental. Dos expertos en esta materia como el psiquiatra y director técnico de Ediren cooperativa de salud Enrique Saracho y el especialista en coaching Sergio Ezpeleta comparten con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA algunas de las claves que pueden permitir al Laboral Kutxa ganar este otro partido y regresar a casa con un bulto más en el equipaje.
“Vivimos en una época de mucho individualismo. De culto a la persona y a la estrella y de pensar que el éxito depende del talento individual y de las capacidades individuales. Con eso estamos restando fuerza y protagonismo a lo que es el grupo y el grupo tiene mucha capacidad para sacar de las personas lo que igual ni ellas mismas creen que tienen. Una misma persona en un equipo no rinde lo mismo que en otro. Eso tiene que ver con lo que es la cultura de grupo y los valores de cada equipo. Cada equipo tiene su cultura, su estilo propio. Es más la identificación y la fidelidad a esa trayectoria, ese estilo y los valores del equipo lo que saca de nosotros cosas que igual pensábamos que no teníamos. Hoy en día eso no está muy cultivado pero el Baskonia sí ha apostado por esa línea, que yo creo que además da mejores resultados con menor coste. El culto a la persona y a la estrella resta fuerza al equipo”, argumenta Saracho para ilustrar uno de los puntos fuertes de un Laboral Kutxa que debe seguir potenciando en Berlín el colectivo frente a las amenazas individuales.
Porque precisamente la capacidad que ha mostrado el plantel de Velimir Perasovic de unirse para conformar una barrera prácticamente infranqueable le convierte en un adversario temible para cualquiera. “El espíritu colaborativo es la capacidad que tiene un grupo de suplir las carencias unos de otros. Que los roles no estén fijos, que no estén enquistados, porque no todos los deportistas tienen el mismo rendimiento todos los días. La riqueza del grupo está en que se puedan suplir unos a otros y que esos roles de liderazgo y de tirar un poco del grupo puedan rotar. Cuando hay más equilibrio entre todos los miembros del grupo y más espíritu de equipo hay más facilidad para que se puedan suplir carencias que puedan surgir en un momento dado”, sostiene el director técnico de Ediren. Precisamente algo de lo que ha dado sobradas muestras el Baskonia a lo largo del curso y que le ayudará mucho si es capaz de repetirlo en Berlín.
Sin embargo, también existen amenazas en el horizonte psicológico que conviene esquivar a toda costa. Una de las principales es la posible ansiedad de la que pueden ser presa los profesionales.”Es el enemigo. Nos bloquea y nos impide sacar a veces todo lo que tenemos dentro. Está muy relacionada con las expectativas de triunfo. A mayor expectativa de triunfo, mayor ansiedad de rendimiento. Cuando tenemos equipos, o culturas o aficiones muy centradas en el éxito y en el triunfo y con un nivel de exigencia y de expectativas altos, entonces la ansiedad de rendimiento se dispara. Por eso a los entrenadores no les gusta nunca ir de favoritos y ensalzan las virtudes del contrario. Porque el que va de favorito tiene siempre mayor presión, con lo cual la ansiedad de rendimiento va a ser mayor. Porque si gana hace lo que se espera que haga y si pierde decepciona. En cambio el que no va de favorito si pierde hace lo que se espera que haga y si gana. da el campanazo”, advierte Saracho. En este sentido, el psiquiatra introduce un elemente a tener muy en cuenta. “La afición tiene un papel muy importante. La del Baskonia ha evolucionado y ha cambiado. La exigencia de triunfo y las expectativas después de las dificultades por las que ha pasado se han moderado. Eso es bueno y va a ayudar al equipo. No va de favorito y eso juega a su favor. Ya no se juega el susto y el miedo a decepcionar”, explica.
Desde su condición de especialista en coaching deportivo, Sergio Ezpeleta añade alguna clave más para llegar a las citas de Berlín en óptimas condiciones mentales. Especialmente en lo que hace referencia a la manera de enfocar el trabajo los días previos. “Si dependiera de mí haría una semana super divertida. El partido, los sistemas y todo eso ya lo vas preparando. La historia es que estos días puedan dormir las mayores horas posibles. Para eso, es importante que lo que hagas sea divertido, que no te acuerdes mucho del partido, plantear cosas que te saquen de la rutina para que no estés solo fijado en eso. A veces cuanto más piensas en ello es peor. Es mejor actuar. Un juego, un campeonato de billar, lo que sea. Las rutinas ayudan pero teniendo tanto tiempo yo haría cosas más fuera de lo común. ¿Tú crees que el jueves va a dormir tranquilo alguien o a echar la siesta? Pues alguno dormirá bien porque es su forma de ser pero alguno dirá ‘que llegue esto pero ya’”, plantea.
Pero, por encima de todo, Ezpeleta significa dos cuestiones definitivas que pueden inclinar la balanza hacia un lado u otro. En primer lugar, poner en valor los puntos fuertes que han llevado al Baskonia hasta esta oportunidad histórica. “Qué tenemos nosotros, cuál ha sido nuestro mejor partido, qué estábamos haciendo... Recordar todas las cosas que te potencien, que cuando llegues allí tengas cosas buenas en la memoria. Al final es ir a lo nuestro bueno y potenciarlo a saco. Y no hay ningún equipo en Europa que haga esto mejor que nosotros. Y somos capaces de hacer esto, y les hemos ganado a todos. Creer en uno. Porque como empieces a hablar del otro equipo, y mucho, te hace pequeño a ti”, advierte. Y en segundo lugar pero casi como piedra angular de toda la preparación mental, “manejar emociones y situaciones límites, esa es la diferencia. Ser capaz de sentirse cómodo en momentos de máxima presión.”
Con esta hoja de ruta, la cabeza del Baskonia dará el primer paso firme hacia el ansiado título de campeón de la Euroliga. Solo falta que le acompañe el baloncesto y la pizca de fortuna imprescindible para alcanzar cualquier éxito.