Vitoria - El Baskonia se ha encaramado por méritos propios a la cúspide continental con su histórica clasificación para la Final Four de Berlín. Se trata de un hito grandioso para un club que, allá por octubre del año pasado cuando se desataron las hostilidades, no figuraba entre los candidatos a ser uno de los elegidos para triunfar en esta Euroliga repleta de glamour y opulencia. Puede incluso que la gesta se valore más con el paso del tiempo apreciado lo que ha sido capaz de hacer un conjunto inmune a las desgracias y con una fe infinita para ir superando todos los contratiempos en forma de lesiones que le han golpeado en la línea de flotación.

La parte negativa de haber roto moldes esta temporada es que desde hace muchos meses hay infinidad de ojos depositados en el Buesa Arena con el fin de pescar a los guerreros que han culminado la obra maestra de la quinta presencia en la gran fiesta del baloncesto continental. En cualquier caso, es un peaje asumido y deseado por el club, que difícilmente podrá retener a varios jugadores cuya revaloración se ha disparado hasta límites insospechados. Josean Querejeta siempre ha descolgado el teléfono para atender las llamadas del exterior y no cabe duda de que este verano va a poder exhibir nuevamente su talante negociador cuando algunos grandes del Viejo Continente llamen a su puerta para reclamar a los culpables de este éxito, cuyo caché ya se encuentra por las nubes. Para su pesar, algunos acaban contrato y no podrá hacer caja ante la previsible subasta que iniciarán los agentes en busca del mejor postor.

A simple vista y a tenor de su sensacional rendimiento bajo la dirección de Perasovic, cinco integrantes del plantel azulgrana aparecen ya como potenciales objetivos de conjuntos más adinerados que el Baskonia o la propia NBA. Difícilmente podrá seguir contando la entidad del Buesa Arena con los servicios de sus dos purasangres en la dirección (Adams y James), un portento físico en la cuerda exterior como Hanga, una de las muñecas más infalibles desde la larga distancia (Bertans) y el auténtico tirano de la pintura tanto en ACB como Euroliga (Bourousis). Sin desmerecer ni un ápice la contribución del resto, son los hombres que conforman la columna vertebral de un Baskonia convertido en una china en el zapato de los más poderosos, ya con los colmillos afilados para aprovechar las gangas que ofrece el escaparate del Buesa.

En el caso de los timoneles estadounidenses, ambos concluyen contrato y su salida no reportaría ningún tipo de ingreso para las arcas. Después de que el pasado verano ejerciera el Baskonia la opción para asegurarse unilateralmente su continuidad para esta campaña, ni a Adams ni a James les atará a partir del próximo 30 de junio algún tipo de vinculación con la entidad alavesa. Sobre ellos siempre han existido prejuicios respecto a su capacidad para controlar el tempo de los encuentros o hacer mejores a sus compañeros, pero su voraz mordiente ofensiva no reviste comparación con casi ningún otro jugador en su puesto.

Su despiadado instinto anotador es difícil de encontrar hoy en día en un mercado con contados nombres desequilibrantes, pero el coste que implicará su continuidad en Vitoria será prácticamente inasumible para el Baskonia. Ambos podrían ser tentados incluso por la mismísima NBA, cuyo estilo se amolda a la perfección a sus peculiares características. De hecho, ya probaron suerte el pasado verano en las Ligas de Verano con la intención de encontrar acomodo en alguna franquicia.

bourousis, la incógnita Otro que termina contrato es el griego, autor de una temporada de ensueño y que ha encontrado en la capital alavesa el hábitat idóneo para erigirse en el poste más determinante del baloncesto europeo. El gigante de Karditsa aterrizó el pasado verano sobre la bocina en lugar de Anosike a un precio bastante asequible -percibe algo menos de medio millón de euros-, y obviamente el sacrificio económico para tratar de retenerle también deberá ser importante más allá de cuestiones sentimentales sobre su inmejorable adaptación a la ciudad y al equipo.

La posibilidad de hacer negocio llegará con Hanga y Bertans. Ambos concluyen contrato en junio de 2017 y este verano será la última oportunidad para que su salida deje unos suculentos dividendos a un Baskonia siempre obligado a vender para cuadrar sus números. La curiosidad es que sus derechos en la NBA corresponden a la misma franquicia. El letón es carne NBA y, salvo sorpresa, recalará en breve en los europeizados Spurs de San Antonio. En el caso del húngaro, liberado ya de los problemas físicos que le martirizaron en su primer año en Vitoria, también es susceptible de entrar en los planes de cualquier equipo europeo, o incluso estadounidense, a la vista de su sensacional rendimiento a las órdenes de Perasovic.

El técnico croata merece un capítulo aparte. Es difícil hacer más con menos en una campaña donde su sabiduría táctica y su primorosa gestión del grupo humano ha permitido al Laboral Kutxa alcanzar unas cotas insospechadas. Querejeta ejerció hace meses la opción unilateral para asegurarse su continuidad de cara a la próxima campaña, pero tampoco es descartable que figure en las quinielas de algún transatlántico con el fin de ocupar su banquillo. Eso sí, la hipotética oferta debería ser muy tentadora para que el Baskonia abra la puerta al hombre que ha devuelto la grandeza al cuadro vitoriano en su segunda etapa en el banquillo. Tal y como ha sido una tónica a lo largo de su historia, seguro que una entidad de naturaleza vendedora como la azulgrana no vuelve a hacerle ascos a la posibilidad de vender si los ingresos son jugosos.