vitoria - A pesar de estar protagonizando sobre el parqué la mejor versión deportiva de sus últimas temporadas -el equipo se encuentra a un solo paso de su quinta Final Four-, los fantasmas económicos no dejan de aparecer en la zona noble del club, sumido desde hace ya tiempo en un peligroso escenario económico lastrado por deudas e impagos que, periódicamente, ponen en evidencia el delicado estado de sus cuentas.
En los últimos meses, varios episodios judiciales han puesto de manifiesto la gravedad de la situación, una evidencia a todas luces no ya solo tras las denuncias de extécnicos y exjugadores como Crespi, Tabak, Hodge o Hamilton por el impago de las cantidades acordadas tras sus respectivas salidas, sino también, y sobre todo, cuando se analizan en profundidad las cuentas anuales que la entidad tiene la obligación de depositar en el Registro Mercantil. Es ahí, en esa auditada fotografía económica, donde se dibuja un inquietante escenario que podría afectar a su futuro empresarial y, desde luego, a su imagen como club de referencia en Europa. Quizá sea en este sentido donde algunas de las denuncias presentadas hayan dejado a la entidad en un mal lugar. Las que recientemente protagonizaron Hodge y Hamilton por el incumplimiento de los pagos acordados tras sus salidas (484.000 euros en el caso del primero, que incluía en el lote de damnificados a su agencia de representancion, y 300.000 euros el segundo) minaron no solo la imagen del club sino que además la FIBA le impidió fichar jugadores mientras mantuviese la deuda con el base portoriqueño. Para evitar un mayor daño en la parte deportiva (y no poder fichar jugadores era una medida dramática para un equipo que a esas alturas ya contaba con bajas sensibles como las de Causeur o Shenghelia), Baskonia no tuvo más remedio que acatar las sentencias, bajar al barro para negociar y acordar con sus exjugadores y sus respectivos agentes el abono de los pagos atrasados. Cumplidos éstos, la Federación Internacional de Baloncesto le levantó la sanción.
El último revés económico le ha llegado esta vez desde el Gobierno Vasco, en concreto desde la Dirección de Juventud y Deportes, que ha denegado al club una subvención por no estar al corriente de sus obligaciones tributarias y con la Seguridad Social. Según la documentación a la que ha tenido acceso este diario, la partida por la que el clubhabría concursado para la temporada 2015/16 estaría vinculada exclusivamente a su participación en competiciones de carácter internacional, esto es, la Euroliga, quedando exentas, como especifica la resolución del pasado 9 de febrero del BOPV (Boletín Oficial del País Vasco), las competiciones que tengan consideración de ámbito estatal o autonómico. “En tal caso no serán objeto de valoración”, advierte al final del documento el viceconsejero José Ángel María Muñoz Otaegi, que el pasado 26 de febrero hizo pública la relación de las subvenciones concedidas así como la de las entidades beneficiadas y las solicitudes denegadas, entre ellas la del club vitoriano.
Si bien no ha trascendido la cuantía de la subvención rechazada, las propias cuentas de Saski Baskonia, en este caso las auditadas a fecha de 30 de junio de 2015, ya daban una pista en temporadas anteriores de los ingresos que el club ya recibió en concepto de Subvenciones del Gobierno Vasco, y que ascendieron a 39.658 euros en la 2013/14 y a 200.000 euros una temporada después. Sin embargo, más allá de la mayor o menor cuantía que la entidad podría haber recibido esta vez, lo llamativo del rechazo reside en los problemas económicos que el club continúa padeciendo y que le impiden si quiera ser capaz de optar a una subvención pública. En este sentido, la notificación que el BOPV recoge en su Anexo II, solicitudes denegadas para justificar el rechazo es categórica: “No está al corriente en el cumplimiento de sus obligaciones tributarias. Circunstancia que vulnera lo establecido en el artículo 3.4 de la Orden de convocatoria”.
otros clubes rechazados Dicho artículo, abunda el documento, especifica después que la persona o entidades beneficiarias de una subvención pública “deberán estar al corriente de sus obligaciones tributarias y con la Seguridad Social”, un escenario que, a juicio del Gobierno Vasco, ha incumplido Saski Baskonia y también clubes como el Murias o la Fundación Ciclista Euskadi, entre otros, que tampoco han visto satisfecha su solicitud de ayuda, si bien en estos dos casos la razón no tuvo que ver con problemas económicos sino con la falta de carácter internacional de algunas de las pruebas en las que ambas escuadras ciclistas iban a tomar parte en la presente temporada. “En la resolución no cabe interpretación de ninguna clase, ni tampoco valoración. La concesión de las subvenciones exige de una serie de cumplimientos y obligaciones y todo aquel que no los acate, todo aquel que no presente los papeles en regla, no puede resultar beneficiario de las mismas”, zanjó un portavoz de Lakua a preguntas de este medio.