vitoria - El Buesa Arena disfrutó en la inolvidable noche de ayer de la gran fiesta del triple. Durante los intensos cuarenta minutos de contienda el lanzamiento desde más allá de la línea de 6,75 se convirtió en incontenible protagonista de un duelo eléctrico que amenazaba con no finalizar nunca y, como no podía ser de otra manera, fue precisamente un tiro de tres puntos en el último segundo el que terminó decantando la balanza del lado baskonista y desatando la euforia absoluta.

Algo perfectamente comprensible teniendo en cuenta todo lo que había tenido que pasar el Laboral Kutxa hasta alcanzar ese epílogo feliz. Porque el Real Madrid fue el de las grandes ocasiones y desde el salto inicial demostró que las toneladas de calidad que inundan su vestuario son prácticamente imparables para cualquiera. De esta manera, dominó con relativa comodidad el encuentro hasta el descanso.

Pero el paso por los vestuarios sirvió para que la situación viviera su primer gran vuelco. En el tercer cuarto Mike James decidió gobernar con puño de hierro el timón del partido y bajo su dirección arreció la incontestable remontada vitoriana. Nada menos que dieciocho puntos anotó el menudo base de Portland en este periodo con una espectacular estadística de 5/5 en triples que propulsó al equipo. Porque, además, el estadounidense dirigió con acierto y permitió también a sus compañeros contribuir a la reacción.

Tras mucho tiempo remando, el Baskonia recobró el mando en el marcador y parecía acercarse al objetivo de la victoria. Pero, entonces, llegó la no menos brillante respuesta merengue desde el triple. Ya en el último cuarto, los de Pablo Laso completaron seis ataques consecutivos anotando otros tantos lanzamientos desde más allá de la línea de 6,75 sin fallo para volver a echar por tierra todo el trabajo azulgrana.

Ese enorme jarro de agrua fría, como es lógico, enfrío los ánimos baskonistas pero el plantel de Velimir Perasovic ha dado sobradas muestras de que no se rinde nunca y así llegó a los últimos cuatro segundos dos abajo y con saque de banda. El resto de la historia, la escribió Bertans como solo él sabe.