Vitoria - Repasando la trayectoria de los protagonistas que conforman el cartel de mañana en el Buesa Arena, cualquier apostante no dudaría en colocar el uno en su particular quiniela de cara al partido entre el Baskonia y el Khimki. No en vano, se miden en el coliseo de Zurbano un anfitrión prácticamente invencible y un visitante de lo más tierno desde el inicio de la presente Euroliga. El conjunto de Perasovic dará un paso de gigante para acceder al Top 8 si supera a los rusos, cuya estadística lejos de Moscú resulta sorprendente.

Que un plantel tan talentoso como el dirigido por Kurtinaitis, forjado a golpe de talonario y que cuenta con algunos de los jugadores mejor pagados de la competición -léase Shved y Rice-, tan solo haya sumado dos triunfos en ocho encuentros deja bien a las claras su vulnerabilidad. A priori, emerge una oportunidad magnífica para que el Laboral Kutxa amarre una victoria que le dejaría a las puertas de retornar tres años después al cruce previo de la Final a Cuatro. Su solidez en casa, donde acabó imbatido en la primera fase y solo el Olympiacos ha sido capaz de encontrarle un resquicio de debilidad en el Top 16 con aquel 76-82 de la segunda jornada, contrasta sobremanera con las dudas del Khimki cada vez que le toca hacer las maletas.

Los rusos totalizan cinco victorias en esta segunda fase de la Euroliga, pero todas ellas han sido en su feudo del Krylatskoye Sports Palace. A domicilio no ha tenido ninguna opción en Barcelona (87-70), El Pireo (89-77) y Moscú (108-98). Sonados correctivos que se suman a los acontecidos en la ronda inicial, en la que el cuadro de la periferia de Moscú pudo profanar dos canchas: la del Real Madrid (82-85) y la del débil Estrasburgo (69-78). Por contra, naufragó a la hora de sacar algo positivo de sus salidas ante el Bayern (69-60), Fenerbahce (88-83) y Estrella Roja (96-91). Sus números hablan de un equipo con un talento incuestionable, especialmente en la cuerda exterior, pero también ponen en entredicho la capacidad de sacrificio y el carácter de un grupo que no está rindiendo al nivel esperado. Por ello, el Baskonia no debería dejar escapar al amparo de su público una oportunidad de oro para sellar casi de forma virtual su presencia entre los ocho mejores de Europa.