Los amigos del DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA me han invitado a realizar una valoración de la pasada edición de la Copa del Rey que acaba de finalizar. Y a mí, ahora mismo, hay una palabra que me viene a la boca como primer resumen de lo vivido estos días en tierras gallegas: gracias. En primer lugar, gracias al equipo. Nos habéis devuelto la ilusión por el basket, por poder volver a veros pelear por cada partido, por cada balón... Ese carisma de Perasovic que tanto lució en su época de jugador, lo transmitís todos vosotros cada día en cada partido, y eso se agradece mucho y cautiva enormemente. Hemos disfrutado de esa ilusión y también hemos podido y hemos querido compartirla con mucha gente. Y por eso, también hay que decir gracias a la afición. Habéis animado todos como campeones, habéis dejado muy alto los valores del deporte, del saber estar, del buen rollo, de la convivencia... Y también hemos podido compartirlo incluso con aficionados de otros equipos, de gente de Valencia, de Gran Canaria, de Obradoiro, de Bilbao, de Badalona, de Madrid, del Barca, del Estudiantes, de Andorra... ¡Es que estábamos todos! Hay gente que año tras año se incorpora con nosotros a disfrutar. Y el baloncesto viene después, casi, casi, como una excusa. Pero esas vivencias por las calles de A Coruña son las que más van a perdurar en la mente de los que allí estuvimos. Al menos en la mía. Claro que me hubiera gustado ganar en semifinales y poder haber disputado la final. Por supuesto que sí, pero ya volver a ver al equipo mostrando ese famoso carácter Baskonia es motivo suficiente para volver de Galicia contento y muy orgulloso, tanto del equipo como de la afición. La salida de los jugadores al acabar el partido contra el Real Madrid mientras nos seguíamos dejando el alma los mil y pico que estábamos en el pabellón volvió a ser un gesto nuevamente de enmarcar. ¡Qué grandes! Muchos aficionados de otros equipos subieron a felicitarnos en ese momento, al igual que por las calles. No hubo ningún mal gesto, ni un mal rollo, ninguna disputa... Todo fueron abrazos, risas, camaradería y pasión por un deporte que con este tipo de situaciones te llega para siempre al corazón.
Creo que con este calentamiento vamos perfectamente entrenados para las dos batallas que nos quedan por disputar este año, la Liga y la ojalá nueva presencia baskonista en una Final Four. Vienen partidos apasionantes en las próximas fechas, empezando por este mismo jueves, y el Buesa Arena tiene que ser aquel hervidero que asuste y coaccione a los equipos rivales. Ese carácter copero y esa animación tan potente tenemos que conseguir volver a llevarlas al día a día en nuestra casa, que nos estamos jugando mucho. En definitiva, hoy es un día duro, siempre la vuelta de la Copa lo ha sido, pero como decía la canción: “A pesar de ello tengo el corazón contento y lleno de alegría...”. Alegría por volver a sentir al Baskonia como un candidato a todo. A ver cómo podemos volver a ganar a cualquier equipo de Europa. ¡Y a pensar en grandes metas! Reitero con estas líneas mi agradecimiento al equipo y a todos los baskonistas de sentimiento que estuvisteis estos días por A Coruña demostrando cómo se puede volver ganador de una competición incluso perdiendo.
No quiero terminar este relato sin hacer mención a los aficionados que tuvieron la brillante idea de montar esa kalejira espectacular el sábado por las cercanías de la Plaza María Pita. Hacía mucho tiempo que no se veía algo así de grande. Cuando íbamos tocando y mientras todos vosotros cantabais y bailabais, girar la mirada atrás y no poder ver el final de la calle nos puso los pelos de punta. Tiene pinta de que va a ser así, pero desde luego que esto ha creado precedente. De algo grandioso. El año que viene seguramente, pero yo quiero repetirlo en Berlín. ¿Podremos?
Aupa Baskonia. Aupa los baskonistas. Y gracias a todos. Iñaki Larrea ‘Lagartijo’ es baskonista, miembro de Biotzatarrak y colaborador del blog Bajolacupula