Con el amargo sabor de boca que deja quedarse a las puertas de una final, Velimir Perasovic quiso destacar la capacidad de su equipo para rehacerse de los malos momentos que sufre en el transcurso de los partidos. Una situación que se vivió ayer de nuevo en el primer cuarto y mediado el período definitivo, pero que no fue obstáculo para pelear la victoria al Real Madrid hasta el último minuto. “El equipo ha demostrado durante toda la temporada que sabe superar los momentos difíciles y volver y volver una y otra vez. Incluso al final, cuando el Real Madrid iba seis arriba, fuimos capaces de llegar a un minuto del final con el marcador empatado y posesión. Este equipo tiene carácter, pero el rival tiene también calidad”, sentenció el croata.

En esta ocasión, al Laboral Kutxa le falló la gestión de las últimas posesiones. Si ante el Obradoiro salió cara, ayer tocó la cruz. “En los últimos instantes ellos han jugado con tranquilidad, mientras que nosotros hemos estado muy precipitados”, aseveró el técnico baskonista.

Con el dolor de la derrota en el cuerpo, Perasovic apuesta por pasar página de manera inmediata para seguir dando pasos en un curso que está siendo, hasta la fecha, de sobresaliente: “Después de la derrota estás dolido, pero mañana -por hoy- es un día nuevo y queda mucha temporada por delante con dos competiciones importantes. Ahora viene un partido contra el Zalgiris en el que nos jugamos mucho”.

Fabien Causeur, como capitán, quiso agradecer el apoyo recibido por la masa baskonista desplazada hasta A Coruña: “La afición ha sido tremenda y todo el equipo le está agradecido por su esfuerzo de venir hasta aquí. Es la mejor afición”.

Por parte madridista, el técnico vitoriano Pablo Laso ponderó el saber estar de su equipo sobre la cancha en los momentos decisivos: “Ha sido un partido enorme de baloncesto en el que solo puede ganar uno. Encaramos bien el partido y sacamos una buena ventaja, pero nos hicieron daño las pérdidas que les permitieron meter canastas fáciles y después unos triples difíciles de Adams les han permitido irse por delante. En la segunda parte, hemos sabido tener paciencia cuando íbamos por debajo y también cuando íbamos por delante porque sabíamos que el Baskonia siempre es peligroso y nunca da el partido por perdido”.

Por su parte, Sergi Llull, destacó el acierto al final: “Ha sido un partido muy duro en el que hemos salido muy concentrados. En el segundo cuarto hemos sufrido un lapsus y a partir de ahí ha sido una guerra, con todo muy igualado hasta un final resuelto a cara o cruz en el que hemos sabido ganar”.