vitoria - Uno de los grandes problemas que había presentado el Baskonia en los tres encuentros que había perdido de manera consecutiva era la incapacidad para exhibir el nivel defensivo al que tenía acostumbrados a sus seguidores, lo que permitió a sus contrincantes acercarse o incluso superar la barrera de los noventa puntos. Un nivel de anotación en contra que provoca que sea extremadamente complicado ganar y que se había convertido en una hemorragia que amenazaba con convertirse en peligrosa sangría si el plantel de Velimir Perasovic no era capaz de cerrarla. Pues bien, la visita de anoche del Cedevita sirvió para suturar, al menos momentáneamente, esa herida.

El Laboral Kutxa recuperó su perfil defensivo más intenso desde el pitido inicial y pese a que la clara superioridad en el marcador motivó que en determinadas fases de la contienda éste decayera un poco, lo cierto es que fue capaz de asfixiar casi permanentemente a su oponente. Como consecuencia de ello, la escuadra croata se quedó en los setenta puntos y encontró muchos problemas cada vez que intentaba acercarse hasta hasta la canasta vitoriana.

Como consecuencia de ello, el Laboral Kutxa cerró la primera fase de la Euroliga con un nuevo triunfo que rompe la racha de tres derrotas consecutivas antes de que se acentuaran las sombras sobre el horizonte y que supone el mejor colofón posible para una etapa inicial del torneo continental que debe calificarse como notable.

El plantel vitoriano ha logrado el acceso al Top 16 con solvencia firmando un balance de seis triunfos y cuatro derrotas. Incluso en los choques en los que el resultado fue adverso el equipo compitió y tuvo opciones casi hasta el final, lo que certifica que, cuando menos, ha recuperado el carácter que parecía haberse evaporado en los años anteriores. Ahora, el Baskonia debe esperar a que en la noche de hoy se resuelvan los encuentros que restan por disputarse. Una vez suceda esto, conocerá el grupo en el que queda encuadrado y cuáles son sus adversarios a partir del próximo día 29.