Vitoria - Antes de arrancar cualquier temporada, siempre brota un moderado optimismo, se confía ciegamente en las cualidades de los nuevos fichajes y, en definitiva, quedan renovadas unas expectativas, en el caso del Baskonia, cada vez más bajas debido a la pérdida de músculo financiero. Un consuelo es que el equipo alavés no lo tendrá muy difícil para superar el bajo listón del pasado curso. Con cuatro caras diferentes (Corbacho, Anosike, Planinic y Blazic), la vuelta de un icono para el banco (Perasovic) y una clara apuesta por la continuidad ante las estrecheces económicas, ha decidido hacer borrón y cuenta nueva en busca de incrustar otra vez su figura entre los mejores y dejar atrás los recientes sinsabores. Sin ir más lejos, viene de perderse la última edición copera y acabar sexto en el torneo liguero, por lo que se encuentra obligado a enganchar a una afición muy desencantada por el rumbo de los acontecimientos.
En espera de lo que le depare el futuro y cómo evolucione un conjunto predestinado a bajar al barro para lograr sus objetivos ante la falta de talento en varias posiciones, ayer florecieron los buenos propósitos en el Media Day de la Euroliga. Como no podía ser de otra forma, la plantilla manifestó estar preparada para los importantes retos que se avecinan y se mostró confiada en ser lo suficientemente competitiva para poner fin a una amarga travesía por el desierto iniciada en 2010 tras la conquista de la tercera ACB de la historia.
“Estamos trabajando más que nunca. Tenemos un equipo muy ambicioso y, sobre todo, un entrenador muy ambicioso que quiere ganar cada partido. La plantilla trabaja para competir cada día y la actitud será muy importante. Hay que jugar la Copa sí o sí, ya que me dolió mucho verla el año pasado por la tele. Este año, hemos ganado más cosas”, reconoció Causeur, el nuevo capitán. Su compatriota Tillie también vaticinó éxitos. “Vamos a conseguir buenas metas. Tenemos un grupo con talento. Peras es un técnico muy estricto que cuida los detalles. Él quiere que juguemos rápido, pero no a lo loco. Podremos ganar muchos encuentros porque somos un equipo físico. Me gusta lo que hay y es positivo que sigamos muchos jugadores del año pasado”, analizó el cuatro francés.
El discurso más ambicioso procedió de otro integrante de la vieja guardia. Shengelia, obligado a dar un salto cualitativo en su rendimiento, se ofreció para ser el líder de un equipo que delegará su éxito en el vértigo y el caudal anotador de sus imprevisibles bases. “A nivel personal, quiero tener un rol más importante que el año pasado y ser el motor del equipo. Salir a tope e cada partido y poner mucha energía en la cancha en defensa. La pasada campaña no me dieron confianza y esta espero que todo sea diferente. Hay calidad en el equipo y me gustan los nuevos compañeros. Les veo muy preparados para trabajar y con el mismo hambre que el resto”, precisó.
Corbacho, el francotirador llegado de Santiago de Compostela que tendrá la difícil misión de hacer olvidar a San Emeterio, alabó la versatilidad de un colectivo con un puñado de amenazas en ataque. “Habrá balones para todos, ya que nuestro estilo de juego es muy versátil. Todos tendremos nuestras opciones para anotar, por lo que debemos estar muy unidos. Habrá que buscar al jugador on fire, todos llevamos la misma camiseta y habrá que remar en la misma dirección para que este proyecto llegue lo más lejos posible”, resaltó el balear. Ahora sólo queda confiar en que estas buenas palabras se lleven a la práctica cuando el 11 de octubre se dé el pistoletazo de salida.