Vitoria - Alberto Corbacho irradiaba ayer felicidad en la sala de prensa del Buesa Arena durante su presentación como flamante refuerzo azulgrana para las dos próximas campañas. Sin grandes motivaciones en el Obradoiro, el Baskonia le ha concedido la oportunidad de su vida colmando todas sus expectativas profesionales. “Es una gran opción para mí y un paso adelante en mi carrera”, reconoció abiertamente el balear, quien por primera vez deberá compatibilizar los ímprobos esfuerzos que implica disputar la ACB y la Euroliga. “El Baskonia me ofrece unos retos y unos alicientes que mi anterior equipo ya no podía. Es la oportunidad que quiero vivir, aprovechar y disfrutar junto a mis nuevos compañeros y la afición. Es un gran desafío y espero estar a la altura. Todo jugador quiere estar en los mejores equipos y es un privilegio estar aquí y defender esta camiseta”, subrayó el mejor triplista de las últimas ediciones ligueras.
Como no podía ser de otra manera, Corbacho enmarcó su desembarco en el Buesa Arena dentro de su afán por “seguir creciendo” como baloncestista. Tras cinco campañas en el Rio Natura, club que le rescató de la LEB Oro, su cuerpo le pedía vivir experiencias inéditas. De ahí que no haya dudado ni un instante en dar su conformidad a la propuesta azulgrana. “Llegué a la ACB relativamente tarde. He conseguido unos objetivos en un club humilde donde la meta era sobrevivir en una liga tan dura como ésta. Todo jugador quiere jugar en las mejores competiciones y me ha llegado la oportunidad. Voy a intentar corresponder a la confianza del club”, explicó el exterior de Palma de Mallorca, que lucirá el dorsal 33 en su camiseta.
Avalado por su fama de cañonero y los cerca de 400 triples en tierras gallegas, Corbacho no desea bajo ningún concepto sufrir en Vitoria el clásico mal de altura que acecha a otros jugadores cuando dan el salto a un club de miras más ambiciosas. De hecho, la fe ciega en sus posibilidades es inmensa. “Espero que el aro se vea igual en el Obradoiro y el Baskonia. Lo que mejor me define es que confío en mí mismo. Quizás la presión será mayor aquí, pero yo disfruto de este deporte y disfruto con la competición, que era algo que en Santiago quizás ya me faltaba. Espero que esa presión no me afecte y mostrar el mismo descaro que siempre”, confesó.
A su juicio, lo más difícil de su próxima aventura será “adaptarse a la filosofía del club”, algo que no han conseguido numerosos fichajes de incluyo mayor reputación en el pasado reciente. El balear explicó que, una vez solventado este obstáculo, “estaré en mi mejor estado de forma, tanto físico como mental, y entonces podré ser una gran ayuda y seguir creciendo como jugador”.
Dada su excelsa muñeca y su habilidad para armar el brazo, no dudó en afirmar que “mi gran aliciente es el tiro abierto”, pero se mostró abierto a realizar progresos en otras facetas con el fin de ser un peón de la máxima utilidad para Perasovic. “Tengo altura par rebotear y capacidad para correr la pista en transición. Se pueden buscar muchas situaciones de juego. No quiero encasquillarme solo en el lanzamiento exterior. Estos últimos años se han visto más cosas de mí. En todas las facetas puedo ser válido, incluso en cosas que no se plasman en un papel y una estadística. Carezco de un físico enorme, pero soy inteligente dentro de la pista y puedo ayudar en facetas tanto ofensivas como defensivas”, matizó Corbacho, que se definió por último como un híbrido entre un escolta y un alero. “Quizás tenga la habilidad de un dos y la altura de un tres; lo que no tengo es el físico de un tres ni la altura de un dos, estoy en el medio. Intento moverme con soltura, crear espacios para mis compañeros y sacar ventaja de muchas situaciones del juego donde pueda amenazar desde el tiro exterior”, concluyó este especialista del 6,75.