Vitoria, 13 mar (EFE). Los de Ibon Navarro no dieron con la fórmula ayer para sentenciar un partido que tuvieron encarrilado con tranquilidad durante 36 minutos y que tiraron por la borda con una pésima dirección en los últimos cuatro.
Esta carencia no es nueva en el Baskonia, que a lo largo de esta temporada ya ha visto cómo ha repetido ese mal en otros duelos como ante el Real Madrid, 75-74, en Liga Endesa y frente a Anadolu Efes, 67-72, Fenerbahce, 91-90, y CSKA de Moscú, 74-81.
El patrón es idéntico en todos los casos, con buena imagen durante cerca de 35 minutos que permitiría a los vitorianos tener opciones de aspirar al triunfo, pero los caóticos instantes finales les llevan a tirar por la borda todo el trabajo y terminar el partido frustrados por no haberlo sabido solventar.
Los errores más evidentes pasan por las absurdas pérdidas de balón que Darius Adams y Mike James encadenan en los momentos decisivos de los partidos y que a partir de entonces se convierten en nerviosismo para el resto de compañeros.
Junto a ese aspecto, la precipitación y el individualismo de los dos directores de juego estadounidenses están llevando por la senda de la amargura al Baskonia.
Se está echando en falta en el conjunto de Ibon Navarro la paciencia y templanza necesaria para desarrollar las jugadas en la pizarra más allá de decisiones individuales y arriesgadas, que han conducido a la derrota en esas situaciones.