Vitoria - La nueva Euroliga que había trazado Jordi Bertomeu para la temporada 2016-17, en la que pretende estar de forma vitalicia el Baskonia, se encuentra en el congelador. La tensa reunión de la semana pasada en Barcelona entre el director ejecutivo de la máxima competición y los representantes de las ligas nacionales no ha servido más que para dilatar la resolución definitiva acerca de la remodelación que experimentará el torneo más atractivo de clubes del mundo tras la NBA.

Todo parecía encaminado hacia la abolición de las licencias fijas instauradas hace años para trece participantes, entre ellos el Laboral Kutxa, y la implantación de una estructura piramidal con ascensos y descensos entre la Euroliga y la Eurocup. Salvo que Bertomeu alcance en los próximos meses un quórum bastante improbable a tenor del rechazo frontal de las ligas nacionales, su ambicioso proyecto para dar una vuelta de tuerca al elitista evento amenaza con acabar en papel mojado.

Su idea original residía en que los resultados de la ACB y el resto de competiciones domésticas de Europa permitieran únicamente el acceso hacia la Eurocup, que determinaría más tarde el ingreso de nuevos equipos en la Euroliga. A partir de la temporada 2016-17, figuraba en la mente del director ejecutivo que subieran y bajaran entre ambas tres o cuatro equipos, quedando relegado el papel de las ligas nacionales a la base de la pirámide. Éstas han puesto el grito en el cielo al considerar el proyecto injusto, ingrato y carente de alicientes para aquellos conjuntos que, por ejemplo, cuajen en el futuro un brillante papel a nivel local y vayan a verse tachados prácticamente por decreto de su participación en la competición más glamourosa del Viejo Continente.

Por tanto, todavía se encuentra en el aire cómo quedará redefinida una Euroliga en la que el Baskonia lleva tomando parte de forma ininterrumpida desde su bautismo allá por el año 2000. El club vitoriano no alberga dudas en este momento de que, ocurra lo que ocurra, seguirá gozando de su trozo del pastel a tenor de su intachable trayectoria durante la última década y media. Pese a su reciente pérdida de pujanza, le avalan no sólo los resultados, sino otros aspectos cruciales para Bertomeu como el contrato televisivo con ETB-1 o la celebración de sus partidos en el mastodóntico Buesa Arena, con capacidad para más de 15.000 espectadores. Sólo se ha ausentado del Top 16 en la campaña 2011-12, algo que debe valer su peso en oro a la hora de producirse la criba. Tras las quejas vertidas por otros países, la ACB perderá a partir de la próxima campaña una de sus cuatro licencias fijas. Todo apunta a que el sacrificado será el Unicaja ante la jerarquía y opulencia de los dos colosos sostenidos por la chequera del fútbol.