vitoria - “Nos pasábamos el día viajando. Tan pronto estabas en Moscú como en Sevilla y la tensión era máxima siempre. Continuamente pasaban cosas y había que estar pendiente del más mínimo detalle para que no hubiera problemas”. Así es como recuerda Jesús Seco su larga etapa en el Baskonia. Por ello, no resulta en absoluto difícil de entender tras escuchar este resumen que al antiguo doctor azulgrana le costara adaptarse a su nueva vida. “Necesité un tiempo de aclimatación. Al principio me costó un poco adaptarme. Pasé de ese estilo de vida a otro mucho más tranquilo, más reflexivo, en el que dedicaba la mayoría del tiempo al estudio, la investigación y la docencia”, explica.

Como ejemplo que ilustra a la perfección esta situación, revela una clarificadora anécdota. “La primera vez que volví a ver un partido de baloncesto como espectador, sin estar trabajando, me pareció aburrido. Acostumbrado a los nervios y la tensión de vivirlo a tope en el banquillo me supo a poco”, rememora.

Pese a los casi trescientos kilómetros que separan León -su lugar de residencia actual- de Vitoria, Jesús Seco continúa manteniendo la relación con el Baskonia y muchos de los jugadores que pasaron por sus manos. “Como trabajamos en algunas cosas conjuntamente con la UPV prácticamente cada dos o tres semanas estoy por ahí y sigo viendo a la gente con la que coincidí”, explica. Además, en más de una ocasión el club de Zurbano ha recurrido a sus conocimientos para tener una segunda opinión médica sobre algunas lesiones. - T.S.