Hablar del Anadolu Efes es hacerlo del equipo más importante de la historia del baloncesto en Turquía. Los cerveceros han sido históricamente los grandes dominadores del baloncesto otomano y en sus vitrinas atesora trece Ligas, ocho Copas y nueve Copas del presidente. Fue el histórico Efes Pilsen también el primer equipo turco -y hasta ahora el único- en alzarse con un título continental, la Copa Korac de 1996, y también ha sido el único que ha pisado una Final Four. Lo hizo en dos ocasiones consecutivas, en 2000 en Salónica y en 2001 en París en una edición marcada por la escisión de la ULEB que dio de sí dos campeones. En 2002 se unió a la nueva Euroliga y desde entonces los cerveceros buscan de nuevo regresar a la gran cita continental al mismo tiempo que en Turquía pretenden recuperar el cetro perdido desde que en 2009 alzaran su último título. Y para lograrlo no han dudado en realizar a lo largo de los últimos años toda una serie de inversiones millonarias que hasta la fecha siempre han fracasado.

Tras la decadencia del baloncesto italiano y la pérdida de poder adquisitivo en la ACB, donde solo Barcelona y Real Madrid mantienen su opulencia, los centros monetarios del baloncesto europeo han puesto rumbo al este del mapa. Rusia y Turquía se encuentran en estos momentos al frente de las inversiones. Especialmente llamativo es el caso de Estambul, donde se acumulan clubes multimillonarios. Uno de ellos el Efes, en competencia directa con Fenerbahce -al que trituró en su duelo local el pasado fin de semana- por situar al baloncesto otomano en la cima del Viejo Continente.

Tras varios proyectos errados, no se ha reparado en gastos para confeccionar esta temporada un nuevo proyecto ambicioso plagado de estrellas. Nada nuevo bajo el sol, pero en las últimas campañas nombres del todo rutilantes no llegaron casi nunca a jugar en equipo. Por eso para dirigir el nuevo proyecto se eligió a Dusan Ivkovic. El serbio acaba de cumplir 71 años y atesora uno de los historiales más brillantes de los banquillos continentales -ha ganado los cuatro títulos europeos con clubes, trofeos en tres países diferentes y a nivel de selecciones solo se le resistió el oro olímpico-, pero el reto de engrandecer al Efes le llevó a hacer las maletas y llevarse consigo a Estambul su otra pasión, la cría de palomas. Y es que Duda ha ganado así todos los títulos posibles sobre el parqué, pero también atesora unos cuantos por su dedicación a la colombofilia.

Los proyectos de Ivkovic, casi siempre millonarios, se han caracterizado históricamente por ser una reunión de grandes estrellas y el caso se repite de nuevo en el Efes. Sin ir más lejos, el técnico serbio no dudó a la hora de elegir como referencia interior a uno de sus niños mimados, Nenad Krstic. Un pívot que abandono la NBA para ganar aún mucho más dinero en Europa. Lo mismo que la gran perla del baloncesto europeo, un Dario Saric que antes de cruzar el Atlántico decidió asegurarse el porvenir económico con un contrato de tres temporadas y seis millones de euros.

Al ambicioso proyecto se unieron Draper, Perperoglu, Janning o Lasme, pero a todo el entramado le faltaba aún la guinda. Y no le ha importado al Efes rascarse el bolsillo para hacerse con los servicios de Thomas Heurtel para la fase decisiva de la temporada. Una ficha que ronda el millón de euros por temporada y un importante traspaso al Laboral Kutxa. No parece el dinero impedimento en el ansía de resurgir de los cerveceros de Estambul.