Vitoria - El secretario técnico del conjunto taronja también analiza el dubitativo inicio taronja, cree que hay mucha tela que cortar en el grupo D de la Euroliga y también alaba el baloncesto del Baskonia.

¿Por qué no han comenzado con buen pie en esta Euroliga?

-Hicimos un buen partido ante el Olympiacos, competimos bien y nos adaptamos a lo que es la competición con más o menos acierto. Lo perdimos en el último minuto, igual que lo pudimos ganar. En cambio, los dos encuentros fuera de casa ante el Galatasaray y el Estrella Roja carecimos de esa capacidad de lucha, dureza y juego físico que requirió la situación. Encajamos parciales amplios y, aunque remontamos al final, ya era una desventaja inalcanzable. La diferencia entre los partidos como local y visitante ha sido nuestro desigual nivel de dureza y agresividad.

¿Llega mañana ante el Laboral Kutxa la última oportunidad para subirse al vagón del ‘Top 16’?

-No es la última, pero sí un partido clave para reengancharse. Nunca se sabe cómo va a discurrir la Euroliga bu cómo va a ser un trayecto tan corto de diez partidos, pero negar la importancia de este duelo sería absurdo. No debemos mirar más allá de esta jornada ante el Laboral Kutxa. Sólo hay que centrarse en dar el máximo para lograr la victoria.

En momentos difíciles, ¿se acuerda uno de Lafayette y Doellman?

-Tener a un jugador como Justin es importantísimo para cualquiera y todos notarían su baja. Demostró su importancia la pasada campaña y fue el MVP de la ACB. En cualquier caso, no es un problema de las tres bajas que hemos sufrido, incluida la de Juanjo Triguero, sino de todo el equipo. Si la culpa fuera solamente de un único jugador, lo tendríamos bastante fácil. Mucho más cuando apelamos a la necesidad de sumar esfuerzos, sacrificio y dureza, que no eran precisamente las cualidades principales de Justin. Si eso lo hubiéramos tenido, nos podríamos acordar de él, pero cuando faltan otros factores del juego, no podemos reducirlo todo a que ya no esté Doellman.

Es un grupo muy abierto en el que nadie ha dicho la última palabra. ¿Puede dar esto muchas vueltas?

-Estoy convencido de que los cuatro clasificados se decidirán en las últimas jornadas. El Olympiacos tiene un camino relativamente más cómodo tras sus dos victorias fuera de casa, pero veremos cómo se acoplan a la forma de juego del nuevo entrenador. Todos contamos con que los griegos estarán arriba. Será fundamental en qué situación llegan al final y con qué necesidad de competir van a estar para ganar partidos. Del resto, la cosa va a estar abierta. El Estrella Roja me gusta bastante, es un conjunto con un potencial físico muy alto y jugadores cuya capacidad competitiva es mucho más elevada cuando juegan en Belgrado que lejos de su pabellón. Klaipeda será un lugar complicado a pesar de los resultados en su liga. Esta semana perdió de 40 con Zalgiris y también cayó en casa con el Lietuvos, pero el Neptunas es un equipo físico, con gente agresiva y atrevida en el juego. Salvo el Olympiacos, nadie se puede dar por salvado ni clasificado de antemano.

‘Peras’ fue cuestionado en el Baskonia, pero ha evidenciado sobradamente su capacidad en Valencia. ¿Es una garantía su presencia?

-Discutir nuestros resultados con él estas campañas sería absurdo. La pasada campaña ganamos la Eurocup e hicimos semifinales ante el Barcelona. Si nos remontamos más atrás, alcanzamos otra semifinal y final de la Eurocup, otra de Copa... La trayectoria bajo su dirección está ahí y no hay nada que decir al respecto del técnico. Cualquier comentario sobra.

¿Cómo vislumbra al Baskonia desde la larga distancia?

-Necesita su tiempo. Ha cambiado de entrenador y varios jugadores con respecto a la pasada temporada. Ahora, también continúan haciendo modificaciones sobre la marcha y todo eso necesita madurarse. Posee un estilo de juego diferente. Me gusta su atrevimiento, no especula, no duda, crea la ventaja en los primeros segundos de la posesión y la ejecuta. Tiene una forma diferente de desenvolverse respecto a otros conjuntos que juegan de manera más controlada. Si todo el mundo se adapta, cuenta con jugadores muy polivalente y versátiles que pueden ser extraordinarios para desarrollar ese tipo de baloncesto que quieren hacer Marco y su cuerpo técnico.

¿Cómo valora la apuesta por el mercado americano que realizó en el mercado estival?

-No soy quién para meterme lo que hacen los demás. Quienes deben verlo bien son los responsables de Vitoria. Si lo han hecho, imagino que será porque están convencidos y les gusta. No entro a valorarlo. Americanos, europeos o españoles, lo importante al final es que sean buenos jugadores.

De todos los fichajes, ¿Bertans será el de mayor impacto?

-Me gusta la juventud del equipo, la agresividad de sus jugadores y la apuesta por gente como Davis, Tillie y, sobre todo, Shengelia, al que tengo un aprecio especial por el tiempo que estuvo aquí. Me gustaría que le fuera especialmente bien. Bertans está muy bien, pero seguro que tanto él como otros que han incorporado en verano lo hacen bien esta temporada.

Hablando de usted, ¿cómo ha asimilado el brusco cambio de ser el ayudante de Perasovic al despacho?

-Si digo que el 15 de junio estábamos jugando el quinto partido del play off contra el Barcelona y el 16 me colocaron en el cargo, con eso te digo todo. Son situaciones diferentes y lógicamente no tiene nada que ver un puesto con el otro. Lo importante es hacerse al cargo y trabajar algunos aspectos que no están relacionados con el juego en sí ni el baloncesto, sino con aspectos de negociación. Antes hablaba de porcentajes de tiro y ahora de porcentajes de impuestos. Dentro de lo que cabe, aquí estoy cambiando la forma de vivir e intentando captar lo que puedo en cada instante.

Ha sido reclamado en un momento difícil por la gran carencia de jugadores que existe hoy en día...

-Sin duda, la labor del secretario técnico cada día es más difícil. Los jugadores de baloncesto, igual que sucede en otros deportes, no surgen así como así por generación espontánea ni como si fuera una cadena de montaje en la que todos los años salen los mismos. España es un muy buen ejemplo de ello. Vemos cómo jugadores de la generación del 79, 80 y 81 llevan copando mucho tiempo las plantillas. Ahora empiezan a tener 34 ó 35 años y no va a haber en el futuro tanto mercado de jugadores nacionales de ese nivel. Con los europeos, pasa tres cuartas partes de lo mismo, con la salvedad de que debes competir contra grandes clubes turcos y rusos. Por eso, no resulta sencillo contratar a los buenos que surgen.

Los problemas del Baskonia para encontrar mirlos blancos, ¿también los tiene entonces usted?

-Lógicamente sí. Si queremos mantener un alto rendimiento, la escasez de jugadores es importante. Luego, cuando quieres contratar jóvenes, el nivel de apuesta que debes hacer es alto y no todo te va a salir de cara. Es verdad que ahora mismo es un tema complicado. La opción de recurrir al mercado americano es un tema que, a lo mejor, hay que abrir, pero es diferente. El número de jugadores que puedes contratar sin correr algo de riesgo, que no sean europeos, es mínimo.