Vitoria - Dice un refrán que “de bien nacido es ser agradecido” y Tornike Shengelia sentirá seguramente un cosquilleo especial cuando mañana por la noche salte a la pista de la Fonteta para disputar la cuarta jornada de la primera fase de la Euroliga. Será el reencuentro del ala-pívot azulgrana con el Valencia Basket, su primer equipo como profesional y el club que le catapultó hacia su sueño de la NBA con un paso intercalado por el baloncesto belga.
A orillas del Turia, donde militó entre los años 2007 y 2010, fue descubierto por Toni Muedra y Ángel Fernández -antiguos trabajadores de la entidad taronja- en un campus de jóvenes promesas en Georgia, una república escindida de la antigua Unión Soviética donde han florecido en los últimos años baloncestistas de la talla de Shermadini, Sanikidze, Markoishvili o Pachulia. Antes de firmar el pertinente contrato, Toko permaneció varias semanas a prueba en la capital levantina en compañía de su padre.
Por entonces, era un joven espigado, extremadamente delgado, carente de físico y con escasos conocimientos tácticos que debió completar un laborioso proceso de formación para convertirse en lo que es hoy en día. Comenzó a curtirse en el equipo de EBA y poco a poco fue quemando etapas hasta que Neven Spahija le concedió la alternativa en la ACB en febrero de 2009. Anteriormente, también había protagonizado su bautismo en la Eurocup.
Esa etapa de tres años que vivió en Valencia es lo que le permite en la actualidad actuar en el Laboral Kutxa ocupando una de las cuatro plazas reservadas para los jugadores de formación. Cuestionado ayer sobre el sentimiento que le produce este reencuentro, el georgiano -poco hablador delante de los micrófonos- no se mostró ayer radiante. “Me gusta volver allí, pero es un partido más para mí. Tengo familia y amigos, ya hablé con algunos. Después del encuentro, a lo mejor saldré a cenar con ellos, aunque lo más importante es ganar”, reconoció Shengelia, esperanzado en alcanzar lo antes posible su plenitud física para responder a las elevadas expectativas del club. “Aún me cuestan las cosas porque he salido de una lesión grave. Voy mejorando y no me queda mucho para estar al cien por cien. Ayudo al equipo en lo que puedo. Si es un partido en el que tengo que meter 20 puntos, los meto y si es un choque en el que tengo que defender a tope, también lo hago”, avisó.