Vitoria. Scariolo ha recuperado un escolta y, en cambio, ha perdido otro para la causa. Mientras Causeur ofrece detalles esperanzadores en los últimos tiempos sin terminar de afinar del todo su irregular muñeca, el rendimiento de Jelinek ha caído en picado. El retorno del francés, aparentemente recuperado de la anomalía renal que conmocionó a todo el baskonismo en los albores de la temporada, ha eclipsado por completo a su complemento en el puesto de dos, que aprovechó los cerca de dos meses de baja de su compañero para firmar las mejores actuaciones desde su aterrizaje en el Fernando Buesa Arena allá por enero del año pasado.
Hoy en día, Jelinek constituye una figura cada vez más relegada por Scariolo en la rotación exterior. Durante los últimos encuentros, tanto su presencia en pista como su aportación ha bajado de forma notable. En el reciente derbi celebrado en Illumbe, el preparador italiano le concedió cinco minutos a lo largo de la primera parte y, tras el descanso, prescindió de sus servicios. Antes que reclamarle en plena remontada del equipo vitoriano, prefirió incluso reciclar a un alero (Hanga) y a un base (Heurtel) para copar la demarcación de escolta. Algo que revela la paulatina pérdida de confianza hacia las prestaciones de un jugador cuyo rendimiento se halla muy lejos de las expectativas del club tras ser reclutado en lugar de Brad Oleson procedente del Olin Edirne turco. Scariolo no sólo está penalizando la falta de pujanza del checo en ataque sino también sus evidentes carencias defensivas a la hora de emparejarse con sus pares.
Jelinek, cuya vitola de baloncestista de formación resultó vital en su desembarco en la capital alavesa, dejó en su día fogonazos de calidad durante su etapa en el Joventut. Con la elástica verdinegra, gozaba de un rol sensiblemente mayor al que ahora dispone en Vitoria, pero no cabe duda de que el Baskonia albergaba esperanzas de que se convirtiera en una pieza mucho más productiva. Cumplido su primer año en el Buesa Arena, donde tiene suscrito un contrato hasta junio de 2016, ya carece de excusas para elevar su actual baja cotización.