Vitoria. Desde que arrancó la temporada, la trayectoria del Laboral Kutxa se ha convertido en una espectacular montaña rusa de sensaciones contradictorias que le ha llevado a protagonizar grandes éxitos y derrotas incomprensibles casi sin solución de continuidad. Unos dientes de sierra que explican bien a las claras su preocupante situación clasificatoria dentro de la ACB y que constituyen una de las principales preocupaciones de los responsables de la entidad de Zurbano. Hasta el momento el equipo se ha mostrado incapaz para encontrar una línea de juego regular y ese es precisamente el desafío que tiene por delante en estos instantes si no desea añadir un sonoro fracaso inesperado a su expediente.
Porque, a falta únicamente de cuatro jornadas para la conclusión de la primera vuelta del campeonato doméstico, el Baskonia afronta esta noche ante el Barcelona su primera gran final copera. El conjunto vitoriano se encuentra ahora mismo fuera de las ocho primeras plazas de la clasificación que otorgan el pasaporte para la cita de Málaga y debe recuperar, como mínimo, una victoria a sus predecesores en el corto espacio de tiempo que resta hasta que se cierre la nómina de escuadras que lucharán por el título del K.O. Resulta evidente, por lo tanto, que no puede permitirse ni un tropiezo más si desea acercarse a la ciudad costasoleña.
Un objetivo que, claro está, no resultará ni mucho menos sencillo teniendo en cuenta que el invitado de turno en el Buesa Arena no es otro que el potente Barcelona. Pese a que el combinado catalán también está firmando una temporada un tanto irregular y los problemas se le acumulan a su técnico -Xavi Pascual está recibiendo importantes críticas por el pobre juego que han exhibido hasta ahora los culés-, lo cierto es que dispone de un potencial increíble en su plantilla y que llega tras firmar una de sus mejores actuaciones del curso. Así, el pasado jueves se deshizo con una pasmosa facilidad del Efes turco en la primera jornada del Top 16.
Sin Abrines ni Todorovic A favor de los intereses baskonistas puede jugar el hecho de que el Barça llega a Vitoria con las bajas de dos de sus jugadores de mayor proyección. Tanto Alex Abrines como Marko Todorovic no se han recuperado a tiempo de los problemas físicos que ya les impidieron ser de la partida en el compromiso de Euroliga y tampoco podrán estar presentes sobre el parqué del Buesa Arena. A pesar de ello, la interminable plantilla de que dispone Xavi Pascual ofrece alternativas de máxima calidad más que suficientes para convertir su visita en un examen de primer nivel para el Laboral Kutxa.
En cualquier caso y más allá de los posibles peligros del contrincante, la principal preocupación del Baskonia debe ser encontrar la regularidad que le permita dar continuidad a las buenas sensaciones mostradas el jueves ante el Unicaja y ofrecer la mejor versión de su juego. Sólo de esta manera tendrá opciones de sumar un nuevo triunfo a su casillero y esperar que un tropiezo de sus predecesores -CAI Zaragoza y Gipuzkoa Basket fundamentalmente- le acerque un poco más a la Copa del Rey. Si, por el contrario, vuelve a caer en el despropósito que se ha apoderado de su juego en demasiadas ocasiones, tendrá muy poco por lo que pelear.
Pese a la llegada el miércoles de Giuseppe Poeta, el base italiano no estará en esta ocasión entre los doce elegidos por Sergio Scariolo, que volverá a contar con Heurtel, Hodge y Van Oostrum como directores de juego. Quien sí regresa a la ACB tras superar su lesión de tobillo es Tibor Pleiss, que ya fue de la partida ante el Unicaja en Euroliga.