todos los derbis entre el Laboral Kutxa y el Bilbao Basket tienen su dosis de picante y morbo. El de esta mañana no será diferente con un triunfo vital en juego que acerque a ambos el billete hacia la Copa del Rey. En esta ocasión, el foco de interés está centrado en Lamont Hamilton, un antiguo hombre de negro que el pasado verano decidió cambiarse al bando enemigo con el fin de mejorar tanto económica como deportivamente. Josean Querejeta buscaba desde hacía tiempo con ahínco un interior eminentemente físico que dotase de músculo y corpulencia a la liviana pintura azulgrana. No debió esmerarse mucho en saldar su objetivo porque éste descansaba a 66 kilómetros de distancia a través de la AP-68.
El neoyorquino, un desconocido para la mayoría del público que había permanecido tres campañas en el Paris-Levallois antes de ser reclutado por Gorka Arrinda, irrumpió con una fuerza brutal en la ACB. Su espectacular primera vuelta confirmó los inmejorables informes que el Baskonia había recabado de él durante su militancia en la Adecco Oro entre 2007 y 2009. Consciente de que el acceso a una pieza de este calibre resultaría imposible más adelante a la vista de su elevada cotización, Querejeta movió hábilmente los hilos para asegurarse su desembarco mucho antes del verano. A primeros de este año, con Hamilton convertido ya en el principal bastión interior de Fotis Katsikaris, pactó con su agente un acuerdo por dos años que se ejecutaría meses más tarde en cuanto el mercado estival entrase en ebullición.
El problema para el estadounidense y Quique Villalobos, el hombre que guía su destino en España, fue que una operación llevada con extremo sigilo fue descubierta por los medios de comunicación. La bola de su llegada a Vitoria comenzó a crecer pese a que el propio cinco de 29 años y 2,08 metros juró y perjuró en aquel momento que todo era incierto. Las noticias sobre su marcha al eterno rival coincidieron con un pronunciado bajón en su rendimiento y alguna misteriosa lesión -problemas estomacales y gastroenteritis- que le hizo perderse algunos encuentros. Como trasfondo de una relación deteriorada, figuraban los impagos del club vizcaíno tanto a él como al resto de una plantilla donde varios elementos empezaban por entonces a buscarse la vida en otro lugar.
Una espina clavada Hamilton, un tipo que había contagiado su ánimo al apasionado público de Miribilla por sus inconfundibles gestos -por ejemplo, tocarse el pecho con fuerza cada vez que realiza un mate- y su forma de desenvolverse sobre la cancha, se integró a la perfección en el equipo y la ciudad bilbaína. Sin embargo, su corta militancia como hombre de negro y su evidente falta de carisma -bastante menor del que gozaron Marko Banic, Kostas Vasileiadis o Aaron Jackson- pueden traducirse en que hoy no se le dispense un recibimiento hostil en el regreso a su primer hogar en la Liga ACB.
Los foros del Bilbao Basket apenas han hecho mención a su figura durante esta semana, de ahí que no sea descabellada una división de opiniones o incluso la más absoluta indiferencia en su presentación. Hamilton fue uno de los señalados en la dolorosa derrota de los vizcaínos en la final de la Eurocup ante el Lokomotiv Kuban que privó al club de disputar este curso la Euroliga. Aquella noche, Monty -como se le apoda- consiguió unos escuálidos 4 puntos y 5 rebotes siendo completamente dominado por Hendrix y Maric, con quienes ataviado con la elástica baskonista se tomó la venganza el pasado viernes en la clausura de la primera fase de la Euroliga. La pérdida de aquel título es, posiblemente, la espina clavada de su trayectoria en Bilbao.
El trasvase de jugadores entre el Laboral Kutxa y la entidad vizcaína en los últimos tiempos no ha sido muy habitual. El camino seguido por Hamilton tuvo antes como protagonistas a Tiago Splitter, Lucho Fernández y Marcelinho Huertas. De todos ellos, el único con la etiqueta de personaje non grato en Miribilla es, sin lugar a dudas, el actual timonel del Barcelona.
l Bilbao. Permaneció una única temporada disputando 36 partidos correspondientes a la Liga ACB con unos promedios de 13 puntos y 5,6 rebotes. En la Eurocup, firmó 13,2 puntos y 5,2 rechaces en 17 encuentros.
l Vitoria. Una lesión muscular le ha tenido en el dique seco durante varias semanas. A nivel doméstico, consigue 10 puntos y 3 rebotes en 5 partidos. En la Euroliga, se va hasta los 11,8 puntos y 5 rechaces en 6 duelos. Ha firmado un contrato por dos temporadas.