quedan menos de siete meses para disfrutar de él, porque el próximo verano hará las maletas hacia la NBA engordando así la extensa nómina de jugadores baskonistas que han dado el salto a la liga americana procedentes del Fernando Buesa Arena. Cuando estampó en el verano de 2012 su firma en un contrato por cuatro temporadas, Tibor Pleiss puso en su día -por expreso deseo suyo y de su representante, Quique Villalobos- como condición para recalar en la capital alavesa una cláusula de escape hacia la mejor liga del mundo en junio de 2014. Consciente de que los Thunder de Oklahoma, poseedores de sus derechos al otro lado del Charco y que siguen de cerca sus pasos gracias a los informes de su scout en Europa Johnny Rogers, le harán un hueco antes o después en su plantilla, el poste alemán se aseguró a un precio bastante asequible la posibilidad de rescindir su vínculo con la entidad alavesa y hacer realidad así su gran sueño desde que empezó a hacer sus primeros pinitos en el mundo del baloncesto.
Como ya ha sucedido en el pasado con innumerables jugadores sobradamente conocidos por todo el mundo, el Laboral Kutxa está terminando de pulir a este diamante en bruto de 24 años recién cumplidos que comienza a gobernar la Liga ACB con puño de hierro. Su exhibición del pasado domingo ante el Murcia, víctima de su actuación más excelsa desde que juega en España, refrenda la teoría de que hoy en día se mantiene como uno de los contados interiores desequilibrantes que todavía resisten en el Viejo Continente.
En medio del ácido debate sobre el poco respeto arbitral de que goza cada vez que le sancionan discutibles faltas por simplemente levantar sus brazos, alimentado por Scariolo en su incendiaria rueda de prensa posterior al choque ante los pimentoneros, el teutón se ha convertido en el indiscutible bastión interior azulgrana. Liberado ya de la sombra de Maciej Lampe y con un patrón de juego implantado por el técnico italiano que invita a su permanente lucimiento por los enormes huecos que generan los otros cuatro hombres abiertos, ha protagonizado un salto cualitativo en su rendimiento.
Mejoría ostensible Aquel espigado interior de marcado carácter defensivo y limitado a bloquear y rebotear a las órdenes de Ivanovic y Tabak ha dado paso a otro antagónico con capacidad para marcar la diferencia adelante. Desde la atalaya de sus 216 centímetros que le catapultan para maltratar una y otra vez el aro a poco que reciba balones en buenas condiciones, Pleiss reúne las condiciones físicas perfectas para ser un martillo pilón a la hora de profanar el aro. Su conexión con Heurtel en el pick and roll se erige ya en un foco de preocupación para los técnicos rivales, que como ocurrió con Oscar Quintana se ven en la tesitura de refugiarse en una zona 2-3 para tratar de minimizar su peligro.
Algo liviano físicamente en espera de ganar peso y fortalecer su cuerpo pero dotado de una envergadura espectacular y unos brazos interminables que tocan el cielo cuando son desplegados en su totalidad, el internacional alemán ha mejorado ostensiblemente en todas las facetas con respecto a una pasada temporada de infausto recuerdo tanto a nivel personal como colectivo. Pocos pívots como él a nivel europeo manejan de forma tan solvente las dos manos y, sobre todo, actúan de espaldas al aro para fabricarse sus canastas. Incluso empieza a prodigar un interesante tiro de tres-cuatro metros para completar su abanico de recursos.
Tal es su crecimiento en el conjunto vitoriano que en los ocho partidos ligueros disputados hasta la fecha promedia 14,9 puntos, 6,1 rebotes y 18 de valoración. Prácticamente, los mismos registros firmados por Tiago Splitter -15 tantos, 7 rechaces y 21 de valoración- en su último ejercicio en el Buesa Arena antes de recalar en los Spurs de San Antonio. Aunque su carisma e influencia en el equipo no son equiparables bajo ningún concepto, el dominio del cinco nacido en la localidad germana de Bergisch Gladbach recuerda en algunos momentos al despotismo tejido por el icono brasileño cuando capitaneó la inolvidable conquista de las dos Ligas ACB correspondientes a los años 2008 y 2010.
En la Euroliga, donde baja algo sus prestaciones (11,4 puntos y 5,7 rebotes), sufre ante pares corpulentos. Sin embargo, también ha contribuido de manera decisiva a la virtual clasificación baskonista para el Top 16 con su demostración de poderío en el Nokia Arena ante el Maccabi. En una jornada crucial para el devenir continental del equipo, ni siquiera se arredró y eludió el cuerpo a cuerpo ante una mole como Sofokles Schortsanitis. En definitiva, un auténtico filón para un Laboral Kutxa que, sin embargo, no recaudará una generosa suma de dinero cuando se consume su dolorosa marcha dentro de unos meses. De ello se encargó el apoderado del teutón cuando aterrizó en Vitoria procedente del Brose Baskets.