vitoria. El Laboral Kutxa vuelve a afrontar hoy bajo mínimos otra cita mayúscula para su devenir continental. Cuando todo hacía indicar que Scariolo iba a recuperar a alguno de los cuatro lesionados que actualmente conserva en su poblada enfermería (Heurtel, Causeur, Hanga y Hamilton), las noticias procedentes del Fernando Buesa Arena fueron desalentadoras en vísperas de recibir al Estrella Roja en un compromiso que implicará un enorme salto cualitativo en caso de saldarse con victoria.
El único que se vestirá de corto ante el cuadro serbio, vigente subcampeón de la Liga Adriática, la teórica cenicienta del grupo D e inédito tras las tres primeras jornadas, es el base natural de Beziers. Sin embargo, únicamente lo hará para realizar la rueda de calentamiento, ya que, según confirmó el preparador italiano, todavía no está en condiciones de jugar debido a la contusión que arrastra en su muslo derecho. Más preocupante es el estado físico de Causeur, al que una supuesta fuerte gastroenteris -el club continúa sin emitir un diagnóstico exacto de lo que le sucede cuando ya hace una semana que sufrió los primeros síntomas- le ha dejado excesivamente débil como para tomar parte en ásperas refriegas como la prevista esta noche. En el caso de Hanga y Hamilton, no se les espera hasta dentro de algunas semanas si se cumplen los plazos emitidos por los galenos.
Serán, por tanto, los mismos que hace una semana subieron al cielo en Vilnius gracias a un conmovedor derroche de fe y, apenas unos días más tarde, descendieron a los infiernos en Sevilla con una actuación impropia de un aspirante a ubicarse entre los mejores tanto a nivel doméstico como europeo. El Baskonia se ve ahora en la tesitura de hacer borrón y cuenta nueva para dejar atrás el terrible episodio vivido ante el Cajasol, un modesto equipo que retrató una retahíla de carencias cuando la intensidad, la casta, la solidaridad y, lo que es peor, la motivación brillan por su ausencia. Como no sobran las gotas de talento ni afloran los grandes virtuosos dentro del nuevo proyecto parido por Querejeta, la formación alavesa no se encuentra en condiciones de elegir los partidos en los que ofrece el do de pecho o, por el contrario, cae en una perniciosa autocomplacencia.
Esta noche, posiblemente más arropado por un público deseoso de contemplar nuevamente a Igor Rakocevic, se espera la versión más aguerrida de un Baskonia que se juega muchísimo en el envite. Encadenar una nueva victoria continental equivaldría a dar una estocada casi definitiva a un rival directo por la cuarta posición como el Estrella Roja y también marcar territorio respecto a un Lietuvos Rytas que afronta un compromiso muy difícil en su feudo ante el Maccabi. Si se combinan el éxito vitoriano y la derrota de los bálticos, el billete para el Top 16 empezaría a acariciarse con la yema de los dedos pese a que todavía restan la friolera de seis jornadas para la conclusión de la primera fase.
Para ganar en tranquilidad, no queda otra que aprovechar la debilidad de un Estrella Roja que, sin el calor de los apasionados aficionados que se concitan en la mítica sala Pionir o el Belgrado Arena, acostumbra a bajar muchos enteros a domicilio. Los balcánicos, que retornan a la Euroliga catorce años después de su última aparición, fían casi toda su suerte al peligro de su anárquico trío de estadounidenses en el perímetro (Nelson, Jenkins y Schilb), aunque cuenta con una mastodóntica torre de 2,20 metros en la pintura (Marjanovic) que amenaza con erigirse en un muro infranqueable para unos livianos interiores locales entre los que Pleiss debe recobrar la solidez exhibida en los albores del curso.
la arenga de scariolo El italiano se mostró ayer crítico con la irregularidad de su plantel. "Tenemos que mejorar en la continuidad, hemos jugado buen y mal baloncesto y el objetivo es alargar los buenos minutos de juego. Conseguir acercarnos a estar cuarenta minutos a un gran nivel en la pista", reflexionó el técnico, que lanzó varios dardos tanto a los veteranos como a los jóvenes que están a su disposición. Refiriéndose a los primeros, les instó a "mantener un nivel de concentración e implicación alto para ser ejemplo, liderar y ser referencia en los momentos complicados". Los segundos, por su parte, están obligados a dar un paso al frente. Y es que Scariolo precisó que su objetivo radica en que el Baskonia "dependa cada vez menos de los veteranos, reducir sus minutos y elevar el nivel del resto para que, el día en que uno no esté, con el colectivo funcione, compita y gane partidos".