vitoria. Se jugaba ayer algo más que un triunfo el Baskonia en su visita al imponente Siemens Arena, sede de la franquicia lituana del Lietuvos, otrora uno de los grandes de Europa y últimamente un coco impredecible capaz de asestar zarpazos domésticos a conjuntos top como el Panathinaikos, al que sacudió por la mínima en el primer partido de la presente Euroliga. Así que con estas credenciales encaraba ayer el conjunto azulgrana la Guerra de Vilnius, según describió Sergio Scariolo. Con el peso de la historia como rival pero, sobre todo, con un plantel extraordinariamente diezmado por las bajas. Hasta cinco ayer, que en parte fueron resultas con Kaukenas, Mainoldi y sobre todo Milko Bjelica, un expatriado que apenas pudo entrenarse con el equipo antes de tener que debutar en Lituania. "Estoy muy orgulloso del comportamiento de mis jugadores esta noche; llevo 32 años como entrenador y puedo decir que de pocos partidos me he sentido mas ogulloso que de éste", resolvió un pletórico Scariolo tras el partido.

Ansiedad real El mensaje lanzando a los micrófonos de Radio Vitoria no fue casual. En condiciones normales, con un equipo sustentado sobre alfileres como lo estaba ayer el Baskonia, lo habitual hubiera sido perder en Vilnius. Y hacerlo, si cabe, con cierta rotundidad. Pero el equipo se conjuró y guiado por un soberbio Nocioni y un sorprendente Belica, se creció ante la adversidad, aplastando al Lietuvos con claridad. "Es un soplo de aire fresco y de confianza después de ver las pésimas condiciones en las que llegamos, por eso me ha sorpendido favorablemente el equipo", apostilló Scariolo, que justificó el triunfo "en una concentración, una gran inteligencia, una excelente toma de decisiones y, sobre todo, una defensa en la segunda mitad de libro". Fue, en definitiva, una victoria "inesperada" a la que tampoco quiso conceder el transalpino más importancia. Especialmente por el enorme esfuerzo que exigió a alguno de sus jugadores pero sobre todo por el riesgo de caer en la autocomplacencia. "El triunfo puede acercar el riesgo de la relajación porque la ansiedad era muy grande, de modo que nos los tomaremos con clama", concluyó Scariolo.