Vitoria. Víctimas impotentes de un huracán. Como esas personas con los rostros desencajados que muestran los informativos televisivos cuando uno de estos fenómenos climatológicos arrasa aquellos territorios por los que pasa trastocando por completo la existencia de sus habitantes sin que alcancen siquiera a explicarse lo sucedido. Así se sintieron los integrantes del Laboral Kutxa en la jornada de ayer en el momento de abandonar el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Durante los cuarenta minutos de contienda frente al Real Madrid fueron una marioneta en las garras del ogro blanco y sólo en el instante en el que la tormenta pasó de largo en busca de nuevas presas pudieron recobrar la respiración y tratar de comenzar a buscar explicaciones a lo sucedido. El destrozo en las filas azulgranas, en cualquier caso, había sido total. A partir de ahí, únicamente resta emprender un camino, el de la reconstrucción.
Así lo reflejó perfectamente Fernando San Emeterio. "Nos han barrido. Hemos cometido el error de bajar los brazos y eso no puede pasar. Es verdad que llegamos al partido muy mermados por diferentes circunstancias pero desde luego no tanto como para recibir esta paliza", resumió.
El capitán baskonista eludió apuntar a aspectos concretos como claves de la debacle ante el Real Madrid y, por el contrario, optó por repartir las muchas culpas a partes iguales entre todos. "Hemos bajado los brazos desde el primero hasta el último. Todos tenemos que mirarnos individualmente porque, con las bajas y las dificultades que teníamos, podía ser hasta cierto punto comprensible perder, pero no de esta manera", significó.
Continuando con este mismo discurso, el jugador cántabro abogó por encarar el futuro con otra actitud bien diferente. "El discurso que tenemos que transmitir es en el campo y ahora mismo no estamos en posición de decir nada a los aficionados. Todo lo que ellos piensen tienen razón y nosotros lo que tenemos que hacer es trabajar desde ya para poder ganar el viernes en Chipre. Va a ser difícil pero a la vez va a ser una oportunidad buena para poder encarrilar el pase al Top 16", zanjó.
Scariolo y la esperanza Por lo que respecta al máximo responsable técnico, Sergio Scariolo, fue capaz de encontrar motivos para la esperanza dentro de un contexto general de desaciertos. De esta manera, destacó que el equipo ofreció "muy buenos minutos durante la primera parte" que le permitieron plantar cara a un adversario que firmó un encuentro "muy bueno, muy completo". Sin embargo, ahí se acabó todo lo rescatable por parte del Baskonia. "Cuando hemos visto que no conseguíamos remontar hemos caído en el desánimo y eso no nos lo podemos permitir si queremos crecer. Me gustaría que no nos desmoralizáramos como en la segunda parte porque es un problema", censuró el italiano antes de lanzar un claro mensaje a sus discípulos. "Necesitamos que varios jugadores crezcan en lo individual para poder crecer como equipo".