La pretemporada arrancó en la NBA con el debut del pívot Dwight Howard como nuevo jugador de los Rockets de Houston, el regreso del base Derrick Rose con los Bulls de Chicago y la victoria de Los Ángeles Lakers pese a no contar con sus estrellas. Howard tuvo un gran recibimiento en el Toyota Center de Houston, donde jugó su primer partido con la franquicia texana, a la que llegó este verano tras firmar un suculento contrato por cuatro años y 88 millones de dólares.