vitoria. Se van agotando las balas de fogueo en el cargador del nuevo Laboral Kutxa de Sergio Scariolo. A menos de una semana para que se levante el telón del nuevo curso, el equipo azulgrana afronta esta tarde (18.00 horas) el penúltimo ensayo de pretemporada ante un rival que se ha reforzado bien y que parece idóneo para testar el verdadero nivel competitivo con el que el Baskonia se presentará el viernes a su cita con el Barcelona. En el Príncipe Felipe, marco de un encuentro que servirá asimismo como presentación oficial del CAI Zaragoza ante su afición, el combinado de Scariolo deberá ofrecer mejores sensaciones de las que arrojó por ejemplo una semana atrás en Getafe, donde más allá de los resultados se apreció una evidente falta de rodaje en un plantel que todavía parece por hacer y al que las lesiones están dificultando ese necesario tránsito hacia su punto de pleno rendimiento.

La concentración en Vielha ha servido no obstante para reforzar los lazos de un vestuario que se antoja como uno de los puntos fuertes del proyecto, en contraposición con lo sucedido la pasada campaña, en la que se convirtió en un problema. La llegada de los dos jugadores baskonistas inmersos en la pelea por las medallas del Eurobasket, Heurtel y San Emeterio, ha permitido que el preparador italiano pueda disponer en el ensayo de esta tarde con todas las piezas que presentará en la semifinal de la Supercopa. Además, y como excepción a la regla, la enfermería arrojó ayer noticias positivas: David Jelinek se ha recuperado en un tiempo récord de la leve rotura fibrilar que le diagnosticaron los galenos azulgranas y podrá tomar parte en el amistoso ante el conjunto maño.

No hay más cera de la que arde. Y a la espera de la contratación de un sustituto temporal para Adam Hanga, y con Daniel Clark en el puesto en teoría reservado para Leo Mainoldi, los jugadores que salten al parqué del Príncipe Felipe serán los mismos que en cinco días comparecerán en el Buesa Arena para emprender lo que se adivina como un año muy complicado. Así que, más allá de que el miércoles reste aún un último ensayo general ante el Asvel Villeurbanne, el conjunto maño se yergue en el horizonte baskonista como un oponente ideal para testar el verdadero potencial del equipo a estas alturas de calendario.

El plantel adiestrado por José Luis Abós, semifinalista de ACB el pasado año, se ha reforzado muy bien este verano. Con la intención de reducir en la medida de lo posible la erosión que podría producir la marcha de dos pilares del pasado curso como Sam Van Rossom y Pablo Aguilar -ambos con destino a Valencia-, la entidad aragonesa se ha movido bien en el mercado. Ha incorporado a dos jugadores que han cuajado un más que aceptable Eurobasket, el belga Jonathan Tabu y el georgiano Viktor Sanikidze, que se encuentra a orillas del Ebro con su compatriota Giorgi Shermadini, a quien la afición baskonista conoce bien tras su paso por Vitoria con poderosos clubes de la Euroliga como el Panathinaikos, el Olympiacos o el Maccabi, así como por el Union Olimpia o el Cantú.

Si Scariolo debe hacer frente a las ausencias de Mainoldi y Hanga, también Abós se presenta en este partido con las bajas de Henk Norel y Michael Roll. Para los maños el encuentro reviste un cariz especial, ya que supone el estreno ante su afición. "Todos estamos con muchas ganas tanto de jugar en el Príncipe Felipe como de empezar la liga", aseguraba ayer el entrenador del equipo zaragozano. "La gente imagino que estará expectante, con ganas de ver al equipo tras un verano que ha sido largo. Será un buen inicio de temporada en el Felipe ante un gran rival como lo es Laboral Kutxa pese a que nosotros, creo, llegamos un poco cortos de preparación", añadió, curándose en salud.