Vitoria. Luis Scola ha sido uno de los mejores jugadores que han vestido a lo largo de su más de medio siglo de historia la elástica azulgrana del Baskonia. Para muchos, entre los que se cuenta el presidente de la entidad, Josean Querejeta, el ala-pívot argentino ha sido el mejor. Pero sólo hay un Luis Scola, ni dos ni tres, y ayer Leo Mainoldi quiso dejar claro en su presentación que ni de lejos regresa a Vitoria con la idea de aspirar a emular lo que otros argentinos han logrado en el pasado. El jugador llegado del Fuenlabrada para dar por cerrada la plantilla heredará el 4 que tantas noches de gloria regaló a la grada del Buesa Arena a espaldas de Scola, ahora en los Pacers de Indiana, pero aboga asimismo por dibujar su propio camino. Mainoldi, eso sí, se fija un reto: dignificar como merece una camiseta que para todos los baskonistas continúa albergando un significado muy especial.

"Conozco la historia de los jugadores argentinos en este club, la importancia que han tenido, pero cada jugador es un mundo y yo trataré de escribir mi propia historia", aseguró Mainoldi en su presentación oficial como jugador del Laboral Kutxa, celebrada ayer a mediodía en la sala de prensa del Buesa Arena. Mainoldi, de verbo tan fácil como sonrisa, reveló sin embargo que existió una conversación con el eterno propietario del número que lucirá durante su segunda etapa en el combinado azulgrana. Sucedió en Caracas, durante la concentración de la selección argentina que pugnaba en la capital venezolana por un billete para el próximo Mundial. "Hablé con Luis. "Cuidámelo el cuatro", me dijo. Trataré de hacerlo. Trataré de cuidar bien el número como merece", bromeó el heredero.

"Sé lo que representa Luis, lo que ha hecho en este club. Pero el cuatro es un número que también he llevado en el resto de equipos en los que he estado", añadió el jugador llegado para completar la batería de interiores del cuadro gasteiztarra, junto a Tibor Pleiss, Lamont Hamilton, Andrés Nocioni e Ilimane Diop. El argentino, de 2,02 y 28 años, llega para compartir con el reconvertido Andrés Nocioni la posición de ala-pívot. Dos santafesinos para un mismo puesto y con unas encomiendas muy concretas que Sergio Scariolo ya se ha encargado de definir. "Me pide que haga lo que venía haciendo en Fuenlabrada: abrir el campo, ayudar en el rebote, aportar intensidad en defensa y sobre todo sacrificio", expuso Mainoldi, que tras cinco campañas en un club de rango menor como el madrileño tiene ahora ante sí el complicado objetivo de ser importante en un equipo obligado al menos a competir con los mejores al máximo nivel. "Es lo que uno siempre desea", reconoció. "Trataré de dar el máximo y ofrecer todo lo que esté en mi mano al equipo", aseveró.

más madurez Queda poco ya del jugador imberbe que abandonó el Buesa Arena por la puerta trasera hace siete años. Entonces, en un Baskonia inmerso en la pelea por la Euroliga, fijo en la Final Four, no gozó de oportunidades. Salió cedido y no llegó a disfrutar del calor de la afición azulgrana. El Mainoldi que llega ahora a la capital alavesa es otro, con más horas de vuelo, mucho más hecho. "Han pasado ya unos años. Me siento mucho más maduro y sé que voy a tener la oportunidad de sumar", aseveró el poste.

Aunque apenas lleva unos días en su nuevo vestuario, Mainoldi ya ha tenido tiempo de apreciar las líneas maestras que dibujarán el nuevo Laboral Kutxa. Es consciente de que existe cierta corriente de escepticismo en el entorno baskonista, pero confía en que ese sacrificio que Scariolo le ha pedido tanto a él como al resto de sus pupilos acabe ofreciendo una mezcla explosiva, sorprendente. "La relación entre compañeros y con el técnico tiene que ser muy buena. La base para hacer una buena temporada estará en la química del equipo", opinó. En la conjunción de una serie de piezas que deben conformar un plantel que, como ya han señalado otros jugadores, seguirá un rumbo muy bien definido. "Va a ser un equipo alegre, duro en defensa, que deberá pelear mucho el rebote y correr. Y luego en ataque habrá que jugar con confianza y buscar siempre la mejor opción", desmenuzó.

Mainoldi no es Scola, ni pretende serlo. Pero llega con hambre, con el mismo apetito de gloria que otros jugadores aterrizados en el vestuario local del Buesa Arena en las últimas semanas. "El equipo tiene muchas ganas de hacerlo bien. Creo que va a ser una gran temporada", afirmó la última incorporación del Baskonia, el heredero, el nuevo 4 del equipo azulgrana.