Vitoria. Con la plantilla aún por perfilar, el nuevo Baskonia, el que defenderá por enésima vez la bandera azulgrana por España y Europa, es una incógnita. De muchos factores dependerá el tránsito de los pupilos de Sergio Scariolo -también de su buena labor- por ACB, Copa del Rey, Supercopa y Euroliga pero, sin duda, uno de los más determinantes residirá en el paso adelante que den los jóvenes valores que pueblan el plantel de este Laboral Kutxa 2013-14.
Sería una obviedad reseñar que esto no es ninguna novedad. Ya lo ejemplificó Causeur hace unos días abogando por dar "un paso al frente". Normal. Este curso esta necesaria mejora se antoja mayor, más cuantiosa y acentuada si se quiere, al menos, igualar el desempeño de campañas anteriores. A este respecto, David Jelinek es uno de los jugadores claves, sobre todo, por margen de mejora en cuestiones como su regularidad, un defecto que se está haciendo plausible en la fase de preparación para el Eurobasket como demostró ayer con su discreto partido en la victoria checa ante Rusia, tras haber sido el máximo anotador ante Turquía hace un par de jornadas.
Sus tiernos 23 años -el 7 de septiembre cumple 24- y su condición de cupo fueron factores fundamentales para su ingreso en las filas del Baskonia. Factores útiles a medio plazo. Incluso cabría dentro de la lógica ser todavía pacientes con un jugador que atesora calidad y fundamentos como el checo. Sin embargo, circunstancias obligan, Jelinek deberá "dar un paso adelante", como él mismo reconoce.
El centroeuropeo lleva el basket en los genes. Literalmente. Su padre Joseph Jelinek es el máximo anotador histórico de la antigua liga checoslovaca con 11.526 puntos. Además, los inicios del escolta eran más que prometedores. Tras proclamarse máximo anotador del Europeo B con la selección checa junior en 2007, firmó con el Joventut para engrosar las filas de su pujante cantera. Después de cuatro temporadas, dos en el filial y dos en el primer equipo, Jelinek se marchó a Turquía, al modesto Olin Edirne. Allí promedio 12,4 puntos, 2,4 rebotes y 2,6 asistencias en 35 minutos con medias de 47% en tiros de dos y 30% en triples. Pese a la mediana exigencia de la liga y club en el que se encontraban, los factores antes aludidos (cupo y juventud), amén de su talento nato -en un perfil similar al de Heurtel-, hicieron que Josean Querejeta le reclutara para la causa baskonista.
Ahora Jelinek será, en principio, una pieza clave en un Laboral Kutxa que luchará por no descabalgarse de la posición de privilegio que le ha hecho llegar hasta la élite del baloncesto continental. Con un equipo plagado de caras nuevas e imberbes, Jelinek entiende que "habrá mucho trabajo en la pretemporada para que la plantilla se conozca y hacer grupo". E incluso cuestiona la primacía de esta citada bisoñez en el equipo. "La juventud va a ser una seña de este equipo pero también hay gente veterana de la que se puede aprender mucho", espeta.
Jelinek es ambicioso y aspira, como poco a "llegar al Top 16" en la Euroliga. A partir de ahí, ya se verá. "Los objetivos son los mismos", revela con respecto al colectivo. En lo personal, el escolta encontrarse "mejor", además de hallar la sintonía con el nuevo técnico que le permita ese crecimiento. "Espero conocer y que me conozca Sergio Scariolo y demostrarle que puedo jugar más, que puedo tener buenos minutos en pista", declara el ambicioso exterior.
De momento, Jelinek se encuentra con su selección a punto de disputar su primer Eurobasket, algo que considera "bueno para que el jugador coja confianza". En un equipo que ya no es la perita en dulce que solía, los Tomas Satoransky (Cajasol), Jiri Welsch (CEZ Basketball Nymburk), Lubos Barton (New Yorker Phantoms, Alemania) o Jan Vesely (Wizards) tratarán junto a Jelinek de "superar la primera fase", objetivo realista aunque también complicado si se pondera que compartirá grupo con España, la anfitriona Eslovenia, Croacia, Polonia y Georgia. Estas dos son las selecciones a superar.
Por el momento y con tan sólo tres partidos de preparación disputados, Jelinek se muestra tan talentoso como imprevisible, una de sus características a canjear por una buena dosis de regularidad que sería crucial para su mejoría.