Vitoria. José Manuel Calderón mantiene todavía sus lazos con la capital alavesa. Aunque sus apariciones son esporádicas, viene de vez en cuando si su ajetreada agenda se lo permite. De hecho, todavía conserva su casa de Bitoriano y sigue con atención los partidos del Baskonia. A sus 31, y en plena madurez deportiva, el de Villanueva de la Serena se ha asentado en la competición estadounidense hasta el punto de haber sido este verano uno de los agentes libres más codiciados. Texas será su próximo destino.

La primera pregunta es obvia. ¿Por qué ha escogido Dallas?

Digamos que me ha ofrecido todo lo que iba buscando desde un principio a la hora de firmar un nuevo contrato. Me pusieron cuatro años sobre la mesa con una propuesta económicamente muy buena. Además, llego a una franquicia que generalmente siempre ha tenido buenos equipos y a una ciudad también buena. Entonces, se ha ido sumando todo lo que quería poner en una balanza a la hora de escoger mi futuro. En ningún momento he tenido dos ofertas concretas como sucede en el baloncesto europeo, sino que te llega una y debes decidirte en un par de horas si la quieres. En caso contrario, se cierra esa puerta y se te abre otra. La verdad es que todo es muy raro.

El dueño de la franquicia, Mark Cuban, estaba obsesionado con usted y tiene fama de ser bastante excéntrico. ¿Lo ha comprobado ya?

He estado en contacto con él solo por teléfono porque la presentación está prevista para mediados o finales del mes que viene. Es cierto que ha habido entre ambos un pequeño feeling y, que al menos en dos ocasiones, estuve bastante cerca de fichar por los Mavericks. Por una u otra razón, en Toronto no me dejaron marchar. Ahora ha surgido la oferta, llegó el momento y estoy muy contento.

En Toronto y Detroit nunca tuvo opciones de pelear por el anillo. ¿Cree que ahora desembarca en un equipo realmente ganador?

Bueno, yo considero mi marcha a Dallas un paso más. Nunca sabes si vamos a poder pelear por el título o cómo va a funcionar el equipo. Lo que está claro es que habrá buenos jugadores y plantilla para competir por todo. Tendremos que ir paso a paso y no volvernos locos a la hora de fijarnos unos objetivos inalcanzables. Está claro que tanto la franquicia como yo mismo queremos dar un pasito más.

A sus 31 años, ¿le queda hasta ahora la espina clavada de no haber formado parte de algún proyecto más ambiciosa?

No diría eso. En la NBA, se ven las cosas muy diferentes y es mucho más complicado. El problema es que en Europa estamos acostumbrados a algo tan distinto que luego nos cuesta asumir el cambio. En Estados Unidos, el jugador es casi siempre una mercancía y tú no tienes casi nunca el mango de la sartén en la mano para decidir tu futuro. No puedes ir al equipo que quieres o te gustaría jugar. Hubo años muy buenos con Toronto en los que nos metimos en el play off y otros peores en los que éramos de las plantillas más jóvenes, estábamos en época de reconstrucción y éramos de los peores. Ahora voy a estar un poco más arriba. Hay jugadores que están toda la vida en una franquicia con la que no juegan nunca las series finales, otros que son residuales en sus equipos y ya tienen tres anillos... La NBA es muy complicada, pero no tengo espinas clavadas. Voy a dar un paso más. Sabía que antes o después tendría la oportunidad de vivir una situación diferente y, a partir de ahora, llegan cuatro años para soñar con todo.

Durante sus ocho años en la NBA, está exhibiendo una regularidad asombrosa. ¿Confiaba en que todo le iba a ir tan rodado cuando decidió abandonar el Baskonia?

Sabía que todo iba a ir bien porque el año pasado me salieron las cosas de forma positiva. Conseguí ser el mejor tirador en triples y creo que acabé rayando a un gran nivel en Detroit. Después de mi salida, todo el mundo sabía que iba a ser un año difícil en Toronto porque habían fichado a otro base y, a la postre, terminé jugando yo. Era consciente de que podía salirme algo interesante, pero nunca sabes. Era la primera vez que podía elegir yo después de muchos años y eso era lo realmente importante.

Sobra decir que se ha ganado sobradamente el respeto de todos al otro lado del charco, ¿verdad?

Sí, yo creo que sí. En ese sentido, estoy muy tranquilo. La apuesta que ha hecho Dallas por mí está ahí. Me han ofrecido cuatro años y eso significa que confían en mis posibilidades. Hablamos con muchos equipos, pero al final creo que he cogido la mejor opción.

Del Calderón que se fue de la capital alavesa en 2005 al de ahora, ¿qué ha cambiado?

Creo que he ido progresando cada año en muchas cosas relacionadas con la dirección en sí y la lectura del juego. Antes era mucho más físico, ahora la ventaja es que he cogido mucha más experiencia y voy viendo el juego de otra forma. Está claro que soy un jugador más completo en todos los sentidos que cuando me fui del Baskonia porque he ido puliendo bastantes cosas.

Dicen que la NBA está reservada para los atletas, pero Prigioni ha demostrado que también hacen falta allí mentes privilegiadas para triunfar. ¿Sorprendido por su papel?

La verdad es que ha estado francamente bien. Sufrió algunos altibajos al principio en cuanto a minutos de juego. Era un poco raro que no encajara en los esquemas de los Knicks, pero al final se han dado cuenta de que por el estilo del equipo les venía muy buen un base que tranquilizara el juego. La verdad es que le han ido muy bien las cosas y estoy muy contento por él. Ahora le han brindado la opción de seguir dos campañas más y ojalá le sigan dando en el futuro la misma confianza. Me gustaría que su continuidad fuera más constante sobre la cancha y que no le saquen solo al final de la temporada.

¿Le apena cómo se le escurrió de las manos el anillo a otro buen amigo suyo como Splitter?

Sí, fue una lástima que se le escapara el título, pero en el momento preciso nunca sabes la decisión ideal. Haces unas cosas u otras y en el baloncesto nada es como parece en un principio. Había muchas opciones para elegir y no salió bien. Lo importante es que llegaron a la final, plantearon mucha batalla a un gran rival como Miami y pudieron haber ganado. Seguro que lo intentará otra vez. Tiago estuvo espectacular y prueba de ello es que ha firmado el contrato de un jugador importante. Seguro que seguirá creciendo.

Cuando finalice su contrato con los Mavericks, tendrá 35 años. ¿Se ha cerrado ya las puertas a regresar algún día a la ACB?

No tengo ni idea si terminaré mi carrera en España. Me encuentro ahora mismo mejor que nunca físicamente, estoy realmente bien e iré año a año. Desconozco lo que pasará, es algo que todavía ni me he planteado. No sé si renovaré con Dallas, seguramente no. Todo dependerá de muchas cosas como la familia o cómo transcurran estos años. Es algo que me quiero tomar con tranquilidad, iré año a año y luego ya decidiré.